La primera fase del Mundial dejó muchos elementos para analizar. De diversos motivos; dentro y fuera de la cancha. Alegrías, decepciones, festejos y un fallo que da vergüenza ajena. Diez ítems para detallar:
1- Lo mejor: Los goles. Se esperaba un Mundial especulativo y mezquino. Se está viendo un torneo audaz y marcado por las apuestas ofensivas de la mayoría. Un promedio de 2.8 goles por partido, largamente superior al 2,3 que nos dejó la primera fase de Sudáfrica, en el Mundial anterior. Holanda con 10 es el abanderado de esta saludable costumbre, seguido de Colombia (9) y Francia (8). Que no decaiga.
2- La vergüenza: La sanción a Luis Suárez, increíble por lo exagerada, ha dejado en evidencia las contradicciones de la FIFA. “De oficio, o todos o ninguno” es la consigna del plantel uruguayo. Si sancionaron a Suárez también deberían hacerlo con cada uno de los que pegan codazos descalificadores como Sakho o el propio Chiellini, tan efusivo para “llorarle” a los árbitros como “disimulado” para desplegar sus malas artes. Mujica, presidente uruguayo, dijo que es una especie de revancha por haber dejado fuera a Inglaterra o Uruguay. No es descabellada su opinión.
3- Decepciones: España, a nivel colectivo, y Cristiano Ronaldo, a nivel individual. Todo hace indicar que el gran ciclo de Aragonés-Del Bosque y el toque inolvidable de la Roja ha llegado inexorablemente a su fin. Aplausos para todo lo que le dio al fútbol. También fracasaron Italia, Inglaterra, Capello y su contrato millonario en Rusia. Entre los jugadores, la gran decepción fue CR7, quien sigue en deuda con los Mundiales. Otra vez se despidió rápido y, lo que es más grave, ha mostrado falta de compromiso con su selección. Ni rastros del jugador que tanto reclamaba para sí el Balón de Oro.
4- Sorpresas: El fútbol agradable de Costa Rica y la velocidad admirable de Argelia. Tanto se habló del “grupo de la muerte” que los ticos le dieron al fútbol la frescura que tantas veces le quita la FIFA. Para no quedar en anécdota, deberá sostener su rendimiento a partir de octavos. Pueden.
5- Estrellas: Messi y Neymar son decisivos y puntales de sus selecciones. Se han puesto, al fin, sus equipos al hombro, algo que se les reclamaba. Robben es una máquina física y de fabricar fútbol. James Rodríguez y su talento puro han redoblado la apuesta por Colombia. Muller, Hazard, Feghouli, Ochoa, Bryan Ruiz, Benzema… todos en alto nivel.
6- Equipazos: Curioso, pero en el Mundial de Brasil, el que pone el “jogo bonito” es Colombia. Talento y sacrificio al servicio de un sabio del banquillo: José Pekerman, quien ha reorganizado un equipo fenomenal a partir de la ausencia de su jugador más importante, el Tigre Falcao. Holanda es potencia física y coordinación en velocidad. Argentina, Holanda, Colombia y Bélgica fueron los que ganaron todo, aunque eso desde hoy de nada servirá y será apenas una anécdota.
7- Los peores: Por rendimiento y resultados Honduras y Camerún. Sin alegrías para los catrachos que llegaban con otras expectativas y fue el único equipo de Concacaf que no pasó a octavos. Camerún decepcionó adentro y afuera.
8- Africanos: Son un canto a la alegría, en las buenas y en las malas. Ghana llegaba a los estadios en grupo y cantando; Argelia dio su vuelta olímpica con su histórica clasificación. Nyakame, el portero de Nigeria, tuvo una plática distendida y risueña con los árbitros y Messi en medio de su clasificación a octavos “Todavía que es Messi le dan tiros libres cerca del área, ¿por qué me hacen eso?” desdramatizando el Mundial en el entretiempo de un juego clave.
9- Sudamericanos: Respondieron dentro y fuera del campo. Excepto Ecuador, clasificaron todos. Sus hinchas llenaron estadios y la felicidad juega también en las tribunas.
10- Récord: Faryd Mondragón jugó a los 43 años y se convirtió en el jugador más veterano de la historia. Un gesto noble de Pekerman en la meca del fútbol superprofesional.