RÍO DE JANEIRO. Se hablaba de Messi, de Neymar, Müller, Suárez o Benzema antes de que arrancara el Mundial. Ahora, aunque aún es temprano en el Mundial, se habla de James.
El uruguayo Diego Forlán, de 35 años y mejor jugador del Mundial de Sudáfrica, le dio el testigo al colombiano James Rodríguez, de 22, que firmó un partido de ensueño y anotó el mejor gol de Brasil 2014 hasta la fecha para algunos entendidos.
Estaba a punto de cumplirse la primera media hora de partido y James vio recompensado el esfuerzo que había desempeñado hasta el momento. Entonó un “¡toma, vamos!” en la celebración, mirando hacia sus compañeros para contaminarlos de fuerza y ganas.
El guardameta paraguayo Muslera lo miraba con cara de resignación. Era imposible evitar que aquella belleza de gol tocase la red de la portería. Fue lo más precioso que se ha visto en el presente Mundial hasta la fecha.
El jugador del Mónaco, a sus 22 años, está llamado a ser el líder de los colombianos, que sueñan con ganar en Brasil el primer Mundial de su historia. En cuartos se cruzarán con la “canarinha” de Neymar, pero James y sus compañeros ya tienen la sensación de poder con todo.
Es el “10” y todos esperan que actúe como tal. Demostró su compromiso corriendo como un loco detrás del esférico, sin pausa, y presionando constantemente la salida de los defensas uruguayos, que probablemente le odiarán eternamente.
Cuando el árbitro indicó el fin de la primera parte, se marchó el primero de todos al vestuario. Quería concentrarse porque tenía ganas de más y lo demostró nada más salir de nuevo. Marcó el segundo antes llegar al minuto cincuenta, lo que desató la euforia de los aficionados colombianos, que fueron mayoría aplastante en el Maracaná.
Con sus dos goles, llegó a los cinco totales en el presente Mundial y supera las marcas de Messi, Neymar y Thomas Müller, hasta ayer los máximos goleadores con cuatro cada uno.
Fue sustituido a cinco minutos del final del encuentro, en una clara intención del seleccionador colombiano Jose Pekerman de rendirle homenaje. Lo consiguió. La ovación del Maracaná fue ensordecedora, mientras la sonrisa del “diez” de Colombia se le salía de la cara.
James ya ha sido elegido hombre del partido en tres de los cuatro que ha disputado en Brasil y, si Colombia sigue fuerte, podría recoger el testigo de Diego Forlán, mejor jugador de Sudáfrica 2010 y quien ayer estuvo simplemente desaparecido. No tuvo ocasión de gol, no generó peligro, y se despidió de los Mundiales, junto con Uruguay. Ahora, se habla “colombiano”.