PORTO ALEGRE, BRASIL. Alemania y Argelia protagonizarán unos octavos de final marcados por la sed de “venganza” de Argelia, con ganas de enterrar una historia de pactos del Mundial de España 1982, y por la necesidad germana de no fallar para seguir adelante en un torneo que no consigue desde hace ya 24 años.
El favoritismo de los hombres de Joachim Löw hace pensar que Alemania debería pasar por encima del conjunto africano, una de las sorpresas agradables del Mundial de Brasil. Sin embargo, el conjunto germano no debe fiarse de un equipo con muchas ganas de cerrar una vieja herida que en el cuadro germano no quieren recordar.
Sin embargo, también eran favoritos los teutones en 1982, cuando sorpresivamente perdieron con los argelinos por 1-2. Si, finalmente, pasaron de ronda, fue gracias a un pacto con Austria, que se dejó ganar por 1-0, resultado que permitía a ambos europeos avanzar y por el que los africanos fueron eliminados.
La “Mannschaft” prefiere centrarse en sus ganas de llegar lejos en el Mundial que en una vieja historia de hace 32 años, a la que no ven ningún sentido recordar, como afirmó Löw un día antes de viajar a Porto Alegre, ciudad donde se disputará el partido.
El técnico alemán simplemente se preocupa de seguir adelante en el torneo y de colocar a sus mejores hombres en la alineación. Solo tiene una baja, la de Lukas Podolski, lesionado, y la duda de Sami Khedira y Bastian Schweinsteiger, que se disputan un puesto en el centro del campo.
El primero fue titular en los dos primeros partidos y el segundo en el tercero. Es muy posible que Löw vuelva al esquema inicial.
También regresará Mario Götze, que dejó su hueco a Podolski ante Estados Unidos para que disfrutara de minutos. La lesión del jugador del
Arsenal evitará cualquier tipo de competencia, en un equipo que confiará en su experiencia y en el acierto de Thomas Müller, que lleva cuatro goles y espera seguir con la racha. En el banquillo esperará Miroslav Klose, ansioso por hacer otra diana que le convierta en el máximo goleador de la historia de los Mundiales con 16 tantos.
Al contrario que Löw, el técnico Vahid Halilhodzic se apresuró en resaltar, después del empate ante Rusia (1-1), que en el país africano nadie ha aparcado todo aquello.
Los Zorros del Desierto, que han llegado por primera vez en su historia a los octavos de final de la competición, intentarán una victoria sorprendente para seguir con un camino inolvidable y para vengar a una generación que no pudo hacer lo mismo por culpa de un pacto sucio.
Halilhodzic no dudará en alinear a muchos de los jugadores que empataron contra el equipo de Fabio Capello, incluido el delantero, Islam Slimani, héroe del último partido de la primera fase. Solo hay una duda: la del central Madjid Bougherra, que jugó los dos primeros duelos y en el tercero fue sustituido por Esseid Belkalem. El resto sería el mismo equipo que está haciendo historia.