Quedará para la historia. Fue el domingo 29 de junio cuando a partir de las 5 de la tarde cuando las siete provincias que forman Costa Rica desbordaron su alegría gracias a la ahora gloriosa “Sele”.
Aquí no hubo pólvora, pero sonaron las campanas de las iglesias, la gente salió de sus casas a gritar. En carro, en bus, en moto y hasta en bicicleta el “oe, oe, oe ticos, ticos”, sonó más fuerte que nunca.
Las calles de Heredia, Alajuela y San José centro se llenaron de jóvenes que cantaban, mujeres con lágrimas y mucho color rojo de banderas y camisetas. Hubo fiesta, una fiesta en orden, una fiesta en paz, sin “deschongues”, sin excesos.
La televisión completó una jornada maratónica de casi doce horas de cobertura simultánea desde Brasil y del centro de la capital, principalmente desde la Fuente de la Hispanidad, en la zona universitaria de San Pedro, al este de San José.
Hasta el presidente Luis Guillermo Solís llegó a este punto a unirse en la algarabía y aunque todos le pidieron “asueto” o feriado este lunes para seguir celebrando, el mandatario más bien instó a la nación a seguir trabajando.
Las emisoras de radio se encadenaron para hacer más grande la fiesta y poner la media docena de canciones que tiene la Sele para apoyarla, la fiesta fue grande. Los diarios traen titulares de colección y posters de los héroes de Brasil 2014.
Hoy los ticos inician una semana más de emoción, de fe y de orgullo. Este será un lunes especial porque los casi 4 millones de costarricenses saben que lo que vivieron este domingo gracias a sus jugadores en Brasil nunca lo olvidarán.
El tico te lo dice con claridad y firmeza: “Este es un triunfo de Costa Rica, solo de Costa Rica, no de la Concacaf y menos de Centroamérica”… y tienen razón.