Si este viernes la Fesfut oficializa al español Albert Roca (51 años) como nuevo DT de la Selecta, el ex miembro de cuerpos técnicos de Barcelona, Galatasaray y Arabia Saudita tendrá exactamente 26 días para preparar a una nueva selección mayor para que enfrente a Costa de Marfil (4 de junio), y 30 días para medirse con España (7 de junio).
El tiempo será su primer gran rival a vencer, pues, inevitablemente, esos dos partidos contra ambas potencias serán el punto de partida para valorar lo que Roca trae para aportar como seleccionador.
Será el inicio de una montaña de desafíos en su camino. Algunos lo verán injusto, porque no es culpa suya que le den tan poco tiempo para alistar estos amistosos; otros verán con buenos ojos el poder medir su capacidad bajo presión. Como sea, esos dos partidos definirán el rumbo de la relación entre Roca y la afición cuscatleca, la cual tiene el “corazón partido”.
Y lo del “corazón partido” no se trata de una metáfora, sino de una realidad en dos sentidos. Aritmético: Un 45.77% está en contra de la elección de Roca como DT de la Azul; el otro 54.33% levanta el pulgar, según encuesta digital realizada por EDH Deportes. Y también en un sentido emocional: la afición quedó destrozada por el “caso amaños”, y hay más pesimismo, dudas y negatividad que otra cosa entre la fanaticada cuscatleca. Hay desconfianza.
Roca lo sabe. Lo dijo desde España, incluso antes de viajar, cuando conversó con Marca. Está al tanto del “caso amaños”, de los castigados de por vida, y entiende diáfanamente que nuestro fútbol está “en horas bajas”. Le tocará revertirlo, y para ello tendrá que echar mano de jugadores jóvenes, con poca experiencia internacional; más un puñado de veteranos que sobreviven de “procesos” anteriores, y que -al menos por ahora- han salido limpios de señalamientos por arreglar partidos.
Videos de los jugadores salvadoreños en la Primera División han sido analizados por Roca en las últimas semanas, según confirmó Ernesto Góchez, coordinador de Selecciones; de estos análisis, el español traería ya una lista preliminar de convocados, misma que seguramente saldrá, en un primer momento, de los seis equipos que ya no se juegan nada en el Clausura 2014: Santa Tecla, Águila, Alianza, Marte, Universidad y Firpo, el descendido.
Como no los conoce bien, Roca y su asistente Carles Cuadrat (también catalán) incluirán en el cuerpo técnico a otro auxiliar salvadoreño, para que les brinde información al detalle de los seleccionados a convocar. Esto es lógico, por el escasísimo tiempo que tendrán para alistar a “la nueva Selecta” rumbo a los fogueos de junio. Pero el verdadero reto de Roca no se jugará en junio, sino después.
El desafío de C.A.
Cuando baje la presión y el vértigo por los juegos contra marfileños y la Furia Roja, Roca tendrá el tiempo para analizar, más en frío, qué tiene entre sus manos. Podrá planificar el trabajo hacia la Copa Centroamericana, que se jugará en septiembre en Estados Unidos, y donde El Salvador está en el grupo de Honduras, Belice y Guatemala.
El reto mínimo de Roca será clasificar a la Copa Oro de 2015. Y, entonces, se le medirá por lo que hicieron sus antecesores: “Chochera” Castillo logró el boleto y El Salvador fue tercero en Centroamérica; antes, en 2011, también lo hizo José Luis “Chelís” Rugamas, y la Selecta fue cuarta. Si es campeona de C.A., algo jamás logrado, logrará boleto a la Copa América Centenario, en 2016…
Las exigencias de la alta competencia no son nuevas para Roca, quien fue futbolista profesional (en Primera y Segunda de España) y fue asistente de Rijkaard en Galatasaray (Turquía) y la selección de Arabia Saudita… Aunque jamás ha dirigido a un equipo en Primera División, y tampoco ha sido entrenador principal de una Selección.
Pero antes de esta Copa en EE.UU., Roca tendrá que vivir una transición, porque el Comité Ejecutivo que hoy lo hace oficial como seleccionador, entregará su cargo en agosto próximo. En nuestro fútbol habrá elecciones y asamblea general, y vienen cambios de autoridades. Pueda que algunos miembros del actual comité se reelijan; pueda que ninguno. Como sea, habrá rostros nuevos entre los también nuevos jefes del técnico español, ya en agosto. ¿Tendrá a todos a favor? ¿Respaldarán su elección, o buscarán a otra persona? Son imponderables en la llegada de Roca. Y, en parte, debido a ello es que firmaría solo por un año.
Más adelante, en la agenda de la Selección y de Roca estarán el inicio de las eliminatorias hacia Rusia 2018, y la vuelta al sueño de una tercera Copa del Mundo para nuestro país, un hito que solo hemos vivido en México 1970 y España 1982. Son ya 32 años de no ir a un Mundial.
Los antecesores de Roca no pudieron con la realidad de nuestro fútbol, mismo que lo tiene postrado, en una receta de males que todos conocemos de memoria: deficientes instalaciones deportivas, escasa formación de jugadores en fuerzas básicas, entrenadores sin la preparación adecuada (a todo nivel); poco apoyo de la empresa privada ante la falta de credibilidad de la dirigencia; clubes que no son tales, sino equipos; futbolistas de Primera sin fundamento ni la preparación adecuada en la alta competencia…
Ninguno de los 23 técnicos anteriores a Roca (desde 1983) pudo con este “combo letal” de problemas, que seguirán ahí más allá de que venga un Roca, un Capello o un Guardiola. Nuestro fútbol es una montaña de líos. Así que a escalarla, profesor Roca.