El sábado fue un día especial para este puñado de chicos salvadoreños. Muchos, aun después del partido, no se lo creían haber vivido la emoción y el ambiente del Santiago Bernabéu en carne propia.
De ahora en adelante, para ellos lo que venga será únicamente el complemento de un viaje que ayer se cobró los sacrificios y alguna que otra nostalgia por familiares y “amigas”. No comentaron para nada la jornada de hoy en el Parque de Atracciones, que lo conocieron someramente el sábado al pasar frente a él.
Tampoco hubo tiempo para digerir la visita al impresionante zoológico madrileño, con jirafas, rinocerontes, delfines, pinguinos, osos panda, entre otras muchas especies. Lo del sábado tuvo nombre propio, se llamó Santiago Bernabéu.
Y no los defraudó el equipo merengue. Valió la pena la asoleada, la sed, lo importante es que estuvieron a apenas diez filas de sus ídolos, aunque el principal para muchos de ellos no estuvo ni en la banca, por ello las expresiones de desilusión por la ausencia de Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, igual gritaron los goles de Bale y Morata, así como cada atajada de Casillas. No hubo desperdicio de emoción, quizás, ese sector norte del Bernabéu, este sábado, fue el que más vivió el partido, a pesar de que su equipo ya no se jugaba nada.
Al final, quedaron las ganas de seguir sentados al sol, de no irse de un lugar en el que muchos, aun hoy, no creen haber estado. El sábado fue “demasiado, un exceso”, como lo resumió Gerardo Velasco. Vendrán otras aventuras, pero jamás de emocionante como la de ayer. Una vez más, Fundamadrid les ha cumplido, de ahora en adelante es el turno de ellos.