No es su casa pero se adueñaron de ella. Los aficionados tigrillos vistieron de rojo y azul, colores que se convirtieron en los de la esperanza por haber llegado a la final.
Varios autobuses llegaron directamente de Santa Ana, temprano se ubicaron la mayoría de seguidores tigrillos en el sector de sol general, el cual denominaron “El territorio tigrillo”.
“… Y hoy no podemos perder”, era parte de una de las canciones que cantaron con más énfasis, como enviando un mensaje que querían que se calará en los jugadores.
De Dragón, con la ayuda del transporte que otorgó la alcaldía migueleña, llegaron en una cantidad bastante aceptable. De una manera sencilla: dos banderas, dos pancartas y un par de bombos fueron las herramientas de apoyo.
Cada afición a su estilo alentó a sus aficionados, pero por ser mayoría los tigrillos se oyeron más, aunque los mitológicos nunca callaron.
Lo lamentable sucedió al final del partido, donde la intolerancia de algunos agentes de la UMO provocó un pequeño altercado con los aficionados tigrillos, que se acercaron a la malla ciclón para hablar con los jugadores cuando estos llegaron a agradecer el apoyo. De este incidente se reportó a una persona desmayada, tras sufrir un estado de “shock”, cuando la seguridad ingresó a los graderíos repartiendo macanazos.