Antes de ser presentado, incluso antes de poner un pie en El Salvador, Albert Roca -nuevo seleccionador de El Salvador- ya era objeto de críticas despiadadas. Algunas directas a él, y otras simplemente como víctima del fuego cruzado entre quienes le contrataron y aquellos que no quieren a quienes le contrataron. Que es caro, que se irá pronto, que es más de lo mismo, que no es entrenador, que viene a robar, que no tiene experiencia, que viene a vender humo, que ofrece espejitos…
Toda opinión es respetable, pero más aquellas que tienen argumentos. Lo concreto es que –les guste o no les guste, diría alguien- Albert Roca es el nuevo seleccionador de El Salvador. Por eso, al menos en mi caso, a partir de ahora soy el primero en apoyar a Roca, del mismo modo que hubiera apoyado a Hugo Pérez en caso de haber sido el elegido. Bastante piedras tiene en el camino para que encima sea apedreado antes de tomar su primera acción.
A Roca habrá que juzgarlo por su trabajo, por sus resultados. No por sus antecesores. Si a otros extranjeros les fue mal, Roca no tiene la culpa. Una de las quejas más escuchadas es que “ya nos fue mal con extranjeros, no volvamos a repetir la historia”. Querer poner a todos los entrenadores foráneos en la misma bolsa es un gran error, simplemente es juzgar por un pasaporte y no por su perfil.
De hecho, los cuatro extranjeros -no cuento a Chochera Castillo, formado aquí como entrenador- que he visto desde que estoy en el país (12 años) difieren completamente uno de otro. Cavagnaro: mucha experiencia, en la etapa final de su carrera, motivador. De los Cobos: no tanta experiencia, conciliador, perfil bajo. Ruben Israel: sin experiencia en selecciones, sin conocimiento del área, verborrágico. Cuate Castillo: experiencia en selecciones, conocedor del área, fuerte personalidad. ¿A cuál de todos estos perfiles es igual Roca? A ninguno, por supuesto. Es, además de preparador físico, entrenador con licencia UEFA, experiencia internacional como auxiliar de Frank Rijkaard, rol didáctico.
Esto no lo hace mejor ni peor a Albert Roca. Simplemente lo hace diferente. Y esa es la idea, que tenga un pasaporte extranjero no es una condena ni una bendición, es simplemente una circunstancia y no debe ser juzgado por esa condición. Del mismo modo, tampoco era cuestión de apedrear a un técnico nacional, si hubiese sido el elegido, simplemente por el hecho de que Paredes tuvo que irse por la puerta de atrás o porque la gestión de José Luis Rugamas no funcionó.
¿Que no conoce el medio? En mi opinión no es tan importante. Siempre pongo el ejemplo de Honduras, donde dos colombianos -primero Rueda y luego Luis Suárez- llegaron sin saber nada del país y ambos los clasificaron para un Mundial. Por el contrario, muchos conocedores, como el propio Paredes, Rugamas, Cuate y Chochera Castillo, no pudieron hacer demasiado. Lo del conocimiento se puede solucionar con un buen auxiliar. Se habla del Zarco Rodríguez, sería una excelente opción para prepararlo para el futuro.
¿Qué cobrará demasiado dinero? El salario de Roca no difiere mucho del que en su momento tenían De los Cobos y del Ruben Israel. Algunos dicen que ganará algo más que ellos, no lo sé. La buena noticia es que ese dinero ya no saldrá de los contribuyentes (aporte del INDES) sino de los fondos de la Fesfut, lo cual vuelve a la federación algo más autónoma. Pero el tema del dinero es relativo. ¿Qué es caro? Un ejemplo: Marcelo Bielsa en Chile. Nunca antes un entrenador había ganado tanto dinero en Chile. El Loco firmó por 1.5 millones anuales, más un premio de 2 millones si se clasificaba. En síntesis, Bielsa se llevó casi 8 millones de dólares, pero Chile hizo el mejor negocio de su historia. Tal era el entusiasmo que cada partido de los 9 de Eliminatorias tuvo taquillas que superaron el millón de dólares, más el premio de la FIFA por clasificar, más la suma de patrocinadores… Al final, la federación casi cuatriplicó el dinero de la inversión. Claro, no siempre sale todo tan bien, pero lo de caro y barato tiene sus matices…
¿Que su llegada agota las posibilidades económicas de contratar a alguien para trabajar en las bases? No lo creo. En principio, aunque su prioridad sea la selección absoluta, Roca deberá involucrarse también en las menores y se le exigirá como corresponde. Pero atención, no es responsabilidad de la federación formar jugadores, eso lo deben hacer los equipos/clubes, como en todas partes del mundo. ¿Pero alguien critica a Lisandro Pohl porque por culpa de traer a Curbelo para el Alianza sus inferiores no tienen un técnico de inferiores de jerarquía? ¿O a los directivos del Águila?
La misión de la Fesfut es tener buenas instalaciones para que trabajen cuando sean convocados y contar personal calificado para entrenarlos. En todo caso, el pecado de la Fesfut es la falta de firmeza para obligar a cambios drásticos en las estructuras de los equipos que no tengan determinada cantidad de divisiones menores. Sí, podrían decir “ aquel que no tenga cinco categorías de divisiones inferiores, no participa en el torneo de Primera”. Suena lindo, pero serán los propios clubes quienes aborten esa idea. Y de eso y otras tantas cosas, Roca no tiene la culpa. Por lo menos por ahora.