El hecho registrado en la fase de ascenso a Segunda División entre Llagostera y Racing de Santander el pasado domingo, mostró a la empleada del Barcelona en pleno acto racista contra el jugador africano Koné. Luego se conoció que esta semana fue despedida luego del repudiable hecho.
Concretamente trabajaba en las taquillas del Museo del club azulgrana, y según informó la cadena Ser Catalanya, el Barça decidió que dejara de trabajar para el club tras ser identificada en unas imágenes que han tenido eco en todo el mundo futbolero.
La mujer se levantó en la grada a imitar a un mono en un gesto despectivo hacia el delantero del equipo rival. El Barcelona aplicó el código ético del que disponen todos los deportistas y empleados del club, que en su cuarto punto concluye “contrarias a los principios y valores” las actitudes de “discriminación o trato inadecuado por razones de género, raza, color, nacionalidad, creencia, religión, opinión política, estado, orientación sexual, minusvalía o cualquier otra circunstancia personal protegida por el derecho”.
El jugador afectado, el racinguista Koné denunció el desprecio padecido a través de las redes sociales tras el partido: ”Respecto a lo de esta señora, mejor no decir nada… Ya se retrata ella sola”, escribió adjuntando la imagen.