La derrota del lunes ante los Spurs de San Antonio, por 103-77, es más que una simple caída. Es cierto que en el “presupuesto” de cualquier equipo existe la posibilidad de perder con el mejor de la temporada (58 victorias por 16 reveses), un cuadro que, además, ha estado entre los mejores en una década.
Sin embargo, Indiana perdió feo, y, lo que es peor, dejó ir el primer lugar de la Conferencia Este ante Miami por primera vez en toda la campaña. ¿A qué se debe? Básicamente, analiza Brian Windhorst, de ESPN, que el problema pasa por la ofensiva. En cinco de sus últimos seis partidos no llegaron ni a los 80 puntos. Así está difícil ganar.
Pero ¿cómo un equipo que le podía ganar a cualquiera – incluido Miami – ahora puede perder con cualquiera en marzo (de 18 partidos perdieron 10)?
A la cuestión deportiva hay que agregarle problemas internos que señala Windhorst, como la batalla entre George Hill y Lance Stephenson. O la mediocre temporada de David West, relegado a un papel secundario ante Paul George, Roy Hibbert o el mismo Stephenson, y con una inestabilidad grande en puntos y rebotes. Así mismo, Hibbert no ha logrado mantenerse y sus promedios siguen cayendo. En los últimos 13 partidos, anotó un promedio de 10.23 puntos. Apenas en seis logró más de diez puntos, y solo en dos, 20 o más. La situación ha sido similar en rebotes y bloqueos.
Miami ha sabido aprovechar el panorama, y ha ganado cuatro de los últimos cinco juegos que ha disputado (perdió por un punto con Indiana) y quizás ese último envión sea clave para poder tener el número uno en su conferencia, y la ventaja de campo ante una eventual final con Indiana, si es que no se quedan antes los Pacers…