MONTEVIDEO, Uruguay. A poco más de dos meses de la Copa Mundial, el balompié uruguayo se quedó sin conducción, tras la renuncia este lunes de los cinco integrantes del Consejo Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en medio de una crisis institucional que también involucra al gobierno nacional y al sindicato de futbolistas.
Los integrantes del Consejo Ejecutivo presentaron una pública de renuncia donde señalan que “los hechos de pública notoriedad acontecidos en los últimos tiempos demuestran la necesidad de dar un paso al costado”.
La crisis comenzó días antes, cuando en la noche del jueves se supo que el presidente José Mujica ordenó, en forma sorpresiva, que la policía no brinde servicios de seguridad en los partidos que se disputen en el estadio Centenario y el Parque Central, donde suelen actuar como locatarios los dos clubes más populares e importantes del país, Peñarol y Nacional.
Un día antes la hinchada de Nacional había protagonizado un violento choque con la policía, luego del partido contra el club argentino Newells Old Boys por la Copa Libertadores de América. Unos 40 policías resultaron con heridas leves.
La AUF y los clubes resolvieron continuar la actividad, confiando la seguridad a los propios clubes involucrados, pero horas antes del comienzo del partido del domingo entre Peñarol y Miramar Misiones en el Centenario el sindicato de futbolistas profesionales anunció que sus afiliados no jugarían si no existía guardia policial.
El Consejo Ejecutivo de la AUF, presidido por Sebastián Bauzá, obtuvo resonantes éxitos deportivos como la conquista de la Copa América 2011 y el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica 2010.