Mariana ganó la medalla panamericana Jr. a los 16 años, un hito en el ciclismo salvadoreño. Esto dice cuando ganó en categoría junior sobre el panorama vivido en esa época: “Fue bien diferente porque a los 16 años no conocía nadie, no sabía que era un evento de ese nivel, me impresione muchísimo de ver ese nivel tan alto… Pero como no pude correr en la verdadera categoría que me correspondía, tal vez no le tomé tanta importancia como ahora en elite donde los segundos son muchísimos más importantes… Estoy mucho más feliz y con mucho más experiencia”.
Al consultarle sobre la difícil situación que vivió después de la caída en la Copa del Mundo disputada en la pista de Val die sole, en Italia, explica: “La pista de Val di Sole me impresionó cuando la vi. No sabía ni cómo iba a bajar por ahí, pero mi equipo y todos me motivaron, y seguí a mi compañero de equipo. Logré pasar todo limpio, pero ya en la carrera quise como dar todo mi máximo y no había entrenado a esas velocidades, entonces cometí un error y cambie de línea y allí fue donde me sorprendió una piedra… Y pegué. Pero la verdad no sé exactamente ni como fue porque perdí el conocimiento por unos segundos”. Agrega que “la verdad ni sé como caí, por la foto que me pusieron en facebook, me di cuenta de cómo había pegado con la cabeza, y que no logré “desen-cliparme” del lado izquierdo”.
“Después tardaron como una hora para sacarme de la pista, me llevaban con equipo de escalada de la inclinación de la pista, porque no podían meter ambulancia ni nada, pues… La verdad que yo no me acuerdo mucho de lo que decían, yo estaba como medio en shock no sabía lo que pasaba. Ya en el hospital cuando me dijeron que me había quebrado la cadera, me puse a llorar, le llamé a mi mama y le explique todo, y me quedé una semana en el hospital en Italia”, cuenta.
Ya en el presente, Mariana Salazar explica como inició el camino hacia la medalla de oro y su relación con el equipo (integrado por Hyrum García y José Miguel Rivas) que la asistió en Brasil?. “Por suerte la pista no era muy complicada para tener problemas técnicos, pero en la primera bajada quebré la cadena, y Hyrum y José Miguel directamente me ayudaron. Cambiamos la cadena en menos de cinco minutos, y regresé rapidísimo a entrenar, así que sin ellos sinceramente no hubiera podido. No se puede competir si no hay ayuda si no hay apoyo, les agradezco un montón por haber estado allí”.
Sobre la concentración antes de la carrera, dice: “La verdad me cuesta muchísimo la parte mental antes de una carrera, porque soy una persona bastante nerviosa. Lo que intento hacer, pongo música que me motive, que me de fuerzas y trato de alejarme un poco de toda la gente. Así me concentró en mis líneas, son canciones de Eminen, un poco de rock con rap que dice unas frases que me estimulan a seguir adelante”.
Sobre su participación en este campeonato le preguntamos sobre la posibilidad de llegar al podio. “La verdad, es la primera vez que me siento súper entrenada, he estado entrenado durísimo con nuevo entrenador aquí en Francia. Sí, vi las posibilidades de quedar en podio , pero si me preocupé mucho cuando vi el video de la pista porque era bastante física. Me considero una persona mas técnica, pero me impresionó el tiempo de la clasificación y eso me ayudo bastante y me vi con las posibilidades de ganar”.
“Ya en la pista intento no pensar en nada, y estar conectada con el presente que ningún pensamientos exterior se junte y me concentro de verdad en el presente en cada movimiento que estoy haciendo totalmente en mis líneas y la pista”.
Sobre la pista en Brasil, Mariana asegura: “Era una pista divertida, me gustó. Sinceramente todos criticaron la pista por ser muy plana, pero tenía su dificultad que era ver quien estaba más entrenando la parte físicamente, y por suerte yo tenía esa calidad de estar trabajando físicamente fuerte”.
“En la jornada de clasificación, en la primera bajada, que era una línea recta y unos saltos algo grandes, me costó mucho, porque el viento me movió. Por suerte hice el mejor tiempo, pero no logre hacer una bajada limpia”, agregó.
En la gran final, Mariana fue la última en salir. ¿Eso ayuda? “Ayuda porque ya todas han terminado, si saliera antes tendría que estar abajo esperando que nadie baje mi tiempo, entonces prefiero llegar de ultimo y ver si alguien hizo un tiempo mejor o no, ya saber directamente”.
Y por último cuenta su llegada a la meta: “Llegué demasiado cansada, prácticamente me tire al suelo, no aguantaba las piernas, y hasta llegue enojada, porque no había hecho la bajada que esperaba. Pero mis compañeras llegaron y me dijeron ¡Ganaste! ¡Ganaste! No lo podía creer, tuve bastantes errores y no me lo esperaba. Cuando vi el tiempo me emocioné y vi que sí que era posible que lo había hecho… que había ganado”.
Y sobre sus proyecciones, Mariana dice: “la verdad que en mi currículum había puesto campeona panamericana, y ya le hice el “chequecito”. En mi currículum hice una lista de mis propósitos y el próximo es clasificar y estar en el top 15 y podio en copas europeas y francesas”.
“Estoy feliz de tener la camiseta de El Salvado conmigo siempre aunque sea aquí en Europa” finaliza la nueva campeona del Down Hill en América. Ella es la salvadoreña Mariana Salazar.
En alto la bandera
La mañana olía a victoria. Era el sábado 29 de marzo día de la gran final del Down Hill panamericano, el entusiasmo en el equipo nacional estaba al máximo, fiel al protocolo de carrera, el gerente técnico de la FSC, José Miguel Rivas, quien viajó en calidad de delegado y asistente, junto al mecánico Hyrum García conformaron la pequeña delegación cuzcatleca en tierras brasileñas.
Horas antes de la final, como es usual en ese tipo de eventos, los nuestros inscribieron a Mariana Salazar, dieron sus datos y se entregó el pabellón nacional al protocolo de la organización. Ante esta situación una de las encargadas le dijo Pedro, a uno de los colaboradores del certamen: “Yo creo que esa bandera no va a ser necesaria, ella no tiene ninguna posibilidad, de ganar, no son como Colombia que trae una numerosa delegación de 60 ciclistas”. Claro está que la gran nación cafetera era la que apuntaba desde todos los ángulos a ser los grandes ganadores del certamen.
Al final del evento, cuando Mariana Salazar lucia en lo más alto del podio su medalla dorada y el suéter arcoíris de campeona UCI de la modalidad de DH, también nuestra bandera, acompañada del himno nacional, ondeaba glamorosa, confundiéndose con el azul del firmamento y las blancas nubes. Ahí estaba nuestro máximo símbolo patrio.
Fue ahí en ese preciso momento que Pedro, el voluntario y auxiliar de nuestra delegación, que le dijo a su compañera señalando el pabellón salvadoreño. “Mira, allá está la bandera que no querías”.