Una tarde de llegadas y salidas. Eso vivió ayer el estadio playero, desde las tres de la tarde, cuando todas las selecciones participantes de la III Copa Pílsener hicieron el reconocimiento de la arena donde jugarán desde hoy.
La primera fue Suiza. Más que puntuales, los europeos llegaron casi una hora antes a la entrada oficial que tenían para trabajar en el estadio. Previo, el grupo estuvo en la cancha de calentamiento, a un costado de la arena principal, haciendo trabajo suave.
El equipo no tuvo demasiada exigencia en su trabajo, realizó jugadas estacionarias, sobre todo disparos de media distancia, y mostró buen vibra en las transiciones de la arena a la zona de hidratación.
Su técnico y jugador, similar al caso de los ingleses, Angelo Schirinzi, tuvo un buen trato con los medios y habló es español: “Pero despacio, por favor”, dijo entre risas.
“Este torneo está bien organizado, el estadio es magnífico, la arena está muy bonita y ya tenemos ganas de jugar aquí. Conozco a El Salvador como grupo muy compacto, tiene jugadores fuertes. Estamos muy motivados y sobre todo con Dejan Stankovic, un campeón de 2009”, indicó.
A la salida de los suizos, el siguiente en turno fue Brasil. Los sudamericanos llamaron la atención de los aficionados que se hicieron presentes. Pero mostraron un temple serio e hicieron trabajo táctico.
El portero y capitán Mao sintetizó la meta que tiene su equipo en la Copa: “El objetivo de Brasil es ser campeón”.
El tercero en llegar fue Inglaterra, que realizó trabajo en velocidad y luego hizo lo táctico. Y, finalmente, cuando la noche ya caía fue el turno de la Azul de Playa.
El equipo también realizó actividad táctica y, al final, tuvo un momento para reírse y disfrutar la foto de equipo con la que quedó lista para hoy.