Su retiro del fútbol activo sucedió a finales de 1970, cuando este deporte vivía una de sus mejores épocas tanto a nivel nacional como internacional, pero tras de sí, Pedro Antonio “Tentación” Ramírez, dejaba como legado toda una gama de batallas ganadas y perdidas en los diferentes estadios del país donde le tocó actuar como guardameta de los laureados Águila y Dragón de San Miguel.
Perteneció a esa exquisita generación de jugadores que tanta gloria y triunfos le dio a la zona oriental a través del equipo “mitológico” y los “emplumados” de Águila. Su relación con el éxito en el plano deportivo comenzó desde muy temprano, cuando a sus cortos 18 años, ya formando parte del Dragón (1952) ganó su primer título, pues se coronaron campeones nacionales en la Liga de Ascenso.
Para el año de 1956, Águila ya militaba en primera categoría, para entonces “Tentación” Ramírez, ya figuraba con luz propia en el balompié de la liga mayor, lo cual le valió para que la dirigencia del cuadro emplumado le contratara y fue así como llegó a un plantel plagado de grandes jugadores como “Cariota” Barraza, Quelepa Flores, “Chiquitín” Benavides, NefatlíMartínez, Juan “Máquina” Merlos, Saúl Molina, Raúl Corcio Zavaleta, Salvador Hernádez, Chele Ventura, entre otros.
“Con toda esta generación de jugadores ganamos dos título en diferentes años, el primero fue cuando el equipo lo dirigía el hondureño Carlos Padilla, el otro llegó cuando el entrenador era Víctor Manuel “Pipe” Ochoa, fue sin duda una de las mejores etapas que Águila vivió en el fútbol, mayor ”, asegura.
En Águila, “Tentación” Ramírez se alternaba el cuido de la cabaña con otro dos grandes arqueros que ha dado el fútbol salvadoreño, nos referimos a Atilio Pineda y Luis Alberto “Catuta” López, originario de la ciudad porturia de La Unión, quien lamentablemente falleciera trágicamente hace aproximadamente unos siete años.
“Catuta era un portero de grandes cualidades, sabía jugar el área, fuerte y valiente para encarar a los delantero, con él tuve el honor de compartir la titularidad del arco cuando jugamos en Águila, además era una excelente persona y compañero, eso permitía que hubiese una competencia muy sana entre nostotros”, recordó.
Pero hubo otros jugadores de la época como Salvador Rocabruna, el “Chato” Santana Orellana, el “Negro” Andrade, el costarricense Raúl Jiménez, el “Pando” Mena, “Fito” Gato, Raúl Lizano, también tico y Manuel Larios, con quienes protagonizaron tarde memorables en sus innumerables duelos con otros grandes del redondo nacional como Alianza, FAS y Atlético Marte.
“Ya en la recta final de mi carrera jugué a la par de gente como Chico Toño Zapata (hermano mayor del Pelé Zapata), Luis Abraham Coreas, Félix Pineda, Moisés “Peche Mono” González entre otros.
Emergió desde la tercera
Pero su arribo a la primera división del fútbol mayor no se dio como por arte de magia, pues “Tentación” Ramírez, anduvo desde mucho antes pisando las distintas canchas de la zona oriental y uno de los equipos que recuerda con especial estima, es el Club Deportivo Internacional, en ese entonces pertenecía a la tercera categoría.
“En aquel tiempo sin duda era un adolescente a quien le encantaba el fútbol y hasta me iba a jugar a escondidas de mis padres Pedro Ramírez y Prudencia Robles, pues a ellos no les gustaba que yo jugara, pues decían que ahí yo no ganaba gran cosa y que mejor me dedicara a trabajar”, cuenta entre risas.
Detalla que fue siendo parte de ese equipo, que él, fue marcado por la aficion con el apodo de “Tentación”, resulta que el portero del Club Deportivo Internacional era Antonio Alvarenga, quien era conocido con ese sobrenombre, pero en una ocasión este se lesionó en un partido y él debió sustituirlo, “tuve un buen debut” y la afición comenzó a decir, este es el nuevo Tentación.
Tras su paso por este equipo, al poco tiempo fue contratado por Dragón, donde comenzó a consolidarse en la liga mayor para después pasar a las filas de Águila, con quien escribió su más prolífica historia en el fútbol nacional.
¿Qué hace?
Muy distante ya de aquellos días de gloria en el ámbito futbolístico y de los primeros planos de los medios de comunicación, hoy día “Tentación” Ramírez, pasa los días en su natal San Miguel, donde habita en el Barrio San Francisco, en compañía de una de sus hijas.
“A mi edad (83) años, ya no trabajo, la visión ya me falla, estoy ya muy cansado, hace quizás 30 años que no asisto al estadio y ahora los partidos nada más los sigo por radio y televisión, ya lo que tenía que dar o hacer ya lo hice tanto en lo deportivo como en la parte laboral”, dice con una sonrisa de satisfacción.
Muy abierto y buen conversador, “Tentación” Ramírez, contó que tras retirarse del fútbol, se dedicó a trabajar en varios oficios como auxiliar de albañilería, carpintería y tiempo después se dedicó a manejar un pickup en el cual transportaba materiales de construcción.
“Hace unos cinco años cuando ya mi vista comenzó a fallarme decidí que era mejor vender el vehículo y entonces dejé de trabajar, pues estaba latente el temor de sufrir un accidente, así que ahora estoy totalmente retirado y me acompañan parte de mis hijos”, dice.