¿Cuál clásico?

FAS-Águila, cada vez más devaluado. Se ha convertido, simplemente, en un partido más. 

descripción de la imagen

Rudy Valencia y Elder Figueroa luchan por el balón en el reciente FAS-??guila. Foto EDH / Archivo

Por Claudio Martínez

2014-04-14 9:04:00

Duele decirlo, pero FAS-Águila se ha convertido en un partido más. De clásico sólo le quedó el nombre. Es una teoría que vengo elaborando desde unos años, pero definitivamente me convencí entre el sábado y el domingo. Quizás me equivoque, pero no noto que sea un partido especial para los jugadores, menos para los técnicos, y muchísimo menos para los medios, que esta vez priorizaron un juego de fútbol playa (amistoso) y el fútbol español.
Si no es así, que alguien por favor me corrija. Yo, mientras tanto, me remito a los hechos. El país estuvo lejos de paralizarse por el FAS-Águila, lo cual ya es una costumbre en los últimos años. El estadio se llenó, sí, pero llenar el Quiteño no es una proeza: normalmente está a tope. No escuché a ningún jugador hacer promesas si ganaba el partido ni tampoco vi a nadie extremadamente triste por la derrota. Fue, simplemente, un partido más.
Las bromas entre aficionados fueron leves –siendo benévolo- en las redes sociales y ni siquiera intercambiaron bromas con los populares memes, que definitivamente están reservados para Real Madrid-Barcelona o Boca-River. Los que ganaron se alegraron, los que perdieron se resignaron… como si fuera  un partido más.
Los clásicos dejan héroes y villanos quizás en forma exagerada. Pues aquí el héroe puede ser Álex Larín, autor de un golazo, pero nada más. Nadie quedó demasiado tocado. Los clásicos dejan víctimas, como José Luis Real, entrenador de Chivas, que perdió su trabajo luego de caer 0-4 con América. Aquí no… Y ojo, no estoy pidiendo que despidan a Jairo Ríos, por favor. Pero se perdió y el discurso es que “hay que trabajar en la semana para corregir los errores”. No hay euforia desmedida en el ganador. No hay dolor en el perdedor.
Los clásicos, en general, tienen un efecto tipo caja de resonancia. Todo tiene otra trascendencia, todo se multiplica. Lo bueno parece más bueno y lo malo, más malo… Aquí no.  Hacerle un gol al acérrimo rival puede valerte la idolatría eterna a un jugador. Por lo contrario, cometer un error en un clásico puede significar el destierro… Aquí no. Los dirigentes también podrían hacer su parte: así como habitualmente anuncian recorte de salarios cuando las cosas no vienen bien, no estaría mal, por el bien del clásico, ofrecer públicamente premio doble en caso de ganar el clásico. Se supone que es el partido más importante de la fase regular, ¿o no?.
Todos sabemos que Lionel Messi es el máximo goleador en la historia de los clásicos españoles. ¿Alguien sabe quién es el máximo goleador del clásico nacional? Puede que en parte sea culpa de los medios de comunicaciones, pero cada vez yo veo más gente ignorar una pantalla de TV en donde están jugando FAS-Águila. Siempre hago el mismo ejercicio en diferentes restaurantes: están los que no le interesan, los que preguntan quién juega cuando ven la pantalla, los que se acuerdan en ese momento que ese día había clásico y, en menor, medida, los que se ubican frente a la TV para seguir las acciones.
Pasó un clásico más. Sin demasiada euforia para el que ganó, sin demasiada depresión para los derrotados. La verdadera pesadilla será el lunes, al llegar a la oficina, cuando unos y otros se intercambien cargadas… Solo que no serán los de FAS los que martiricen a los del Águila. Serán, por más que les pese, los del Real Madrid riéndose del mal momento del Barcelona. A pesar de que ellos no han jugado entre sí este fin de semana.

PD: el máximo goleador del clásico nacional es David Cabrera, de FAS, con 23 goles. Dato gracias a Gerardo Castro.