Que lejos están los días de grandeza futbolística del Club Deportivo Luis Ángel Firpo de la ciudad de Usulután cuando en sus palmares reclamaba para si ser el mejor equipo del redondo nacional. Todavía se agolpan en mi recuerdo cuando en una noche grandiosa jugando en el coliseo Memorial de los Ángeles derrotó nada menos que a la Juve de Italia, la vieja señora del Calcio.
No fueron suficiente noventa minutos para sacar al ganador por la puja y entrega de los dos equipos recurriendo entonces a los tiros penales donde se impuso Firpo cinco por cuatro, tocándole el honor de anotar el ultimo penal a Carlos Rivera portero titular del equipo Pampero. Este penal fue anotado al internacional Estefano Taconi portero de la Juve y de la selección Italiana. El técnico de Firpo era el yugoslavo Kyril Doscisky.
Aquel juego fue presenciado por cincuenta mil aficionados recibiendo la Juve $2,000.000 de dólares y Firpo un ilustre desconocido, solamente $175,000.00 dolares y la fama internacional. Asimismo no pararon los éxitos del equipo Pampero sino elimino del Torneo de CONCACAF al favorito UNAM de México: esta gesta memorable se escribió en el estadio Nacional de San Pedro Sula una noche donde callaron los mariachis…
Y como si esto fuera poco de los grandes logros del equipo Pampero bajo la administración de Don Sergio Torres Rivera se enfrentó en California a la portentosa selección de Brasil con Dunga, Romario y como técnico Parreira y de auxiliar el Lobo Zagalo.
Esta introducción es para describir que el Firpo tiene una historia brillante jugando dentro y fuera de El Salvador.
Por eso da tristeza la posición en que se encuentra Firpo cuatro puntos de distancia del equipo Universitario faltando aún tres juegos para concluir el certamen en peligro eminente del descenso culpable de esta crisis no son los directivos actuales que encabeza Carlos Méndez Florez, sino los jugadores actuales que no se entiende porque han jugado tan mal con salarios al día, sin atrasos, con actuaciones sospechosas que ya se comenta a voces altas. También son culpables los técnicos comenzando por el argentino Ramiro Cepeda que se equivocó en la escogitación de los jugadores para este campeonato y Leonel Carcamo Batres, quien fue contratado dentro de la crisis pero no tuvo la capacidad de darle un rumbo diferente al mimado equipo de Usulután. Es también culpable la afición ultralempina que fue indiferente a darle su apoyo incondicional a Firpo cuando jugaba en la Caldera del Diablo.
Es lamentable pero indiscutible: si Luis Ángel Firpo desciende, desaparece el fútbol de Usulután. Digo esto porque no habrá persona que se haga cargo de los gastos para mantener a Firpo en la Segunda División.
Pienso que se impone una profunda investigación de parte de la directiva actual de la desidia del plantel de jugadores que integran la plantilla de Firpo y si resultan culpables que se les castigue. Sesenta mil dólares mensuales no pueden quedar botados por caprichos a interna de Firpo.