Negocio redondo para Águila. Su victoria 1-0 sobre Dragón lo catapultó al cuarto lugar, puesto que comparte con Santa Tecla. Una hipotética clasificación puede darse para el equipo de Jairo Ríos que respiró con el pinchazo de Firpo para estar a un punto de la permanencia.
Dragón dejó de estar en zona de confort y pasó de ser cuarto al sexto lugar y con una racha de cinco juegos sin firmar victorias. El benjamín de esta temporada 2013-2014 ha comenzado a peder gas y ya no escupe mucho fuego.
Antes del compromiso, Águila veía de reojo el tema del descenso. Tecla se alejó de ese problema y la UES había puntuado. No podía fallar. Pero le tocó luchar con dientes afilados en un juego accidentado que registró 14 tarjetas (13 amarillas y una roja, la de su delantero jamaiquino Anderson).
El partido fue atractivo en todo aspecto desde el colorido de la pólvora fuera del estadio por casi dos minutos y lo aguerrido del duelo.
En la cancha, los emplumados se metieron de lleno muy rápido con dos jugadas de peligro, una de Rudy Valencia de media distancia y otra de Jermaine Anderson a la entrada del área pero que terminó mandando arriba del marco. Luego al 15? la tuvo Henry Romero para definir de cabeza y no pudo enviar la bola al fondo.
Dragón tardó en entrar en calor y fue al 17? cuando merodeó el marco rival luego que Benji Villalobos soltó la pelota y en el rebote Rommel Mejía quiso marcar pero justo se cruzó Romero.
René Álvarez complicó a su equipo al derribar en el área a Anderson. Jaime Carpio no dudó en señalar penal. Sánchez Prette, a quien le habían atajado un penal la semana pasada, se tuvo confianza y esta vez no erró. Marcó el 1-0.
Para el segundo tiempo, Dragón intentó reaccionar. Ancheta envió dos cambios rápidos, uno forzado. Mejía fue provocado por Ismael Rodríguez y ahuecó para evitar ser expulsado y por él llegó Saravia. También llegó Aurelio Vásquez por Gabriel Ríos, quien ofreció poco en creación.
Águila pareció complicarse a 26 minutos del final cuando Anderson se ganó la segunda cartulina amarilla, luego de lanzar un codazo a Álvarez. No fue perdonado y se fue a las duchas pese a pedir clemencia. Aunque terminó con diez, los negronaranja saborearon un triunfo clave.