Este lunes se publicará el libro Kelong Kings, una biografía de Wilson Raj Perumal, el famoso gangster de las apuestas, escrito por los periodistas italianos Alessandro Righi y Emanuele Piano. En las confesiones del singapurense aparece la palabra El Salvador o salvadoreño en 32 ocasiones. Sin embargo, hay pocos nombres. El único club mencionado es Metapán y el único salvadoreño con nombre y apellido es Armando Collado (luego nacionalizado nicarguense).
Sin embargo, da detalles de varios partidos de la Selecta, especialmente en algunos como en el de Tampa (vs EEUU), el 0-1 ante Honduras en el Cuscatlán (Eliminatorias para Sudáfrica 2010) o el amistoso 2-1 ante Costa Rica en Ciudad Quesada. Prioriza, a la hora de narrar, aquellos juegos en donde hubo dificultades, especialmente cuando otros personajes de la mafia de las apuestas intervinieron para robarle el negocio.
De los jugadores haitianos y salvadoreños, Raj Perumal explica en el libro: “Normalmente, a esos jugadores les pagan 200 o 300 dólares al mes, por lo tanto cuando les empezamos a hablar de 10,000 o 15,000 dólares por partido, de inmediato se interesaron. Una vez que mordieron el anzuelo, ya eran nuestros”.
Luego dice: “Panamá es un mal lugar para albergar amistosos. Por alguna razón, en casi ningún partido jugado en Panamá se puede hacer apuestas en vivo. Lo mismo ocurre en El Salvador, a menos que el juego sea televisado”. Pero habla de un partido en el que ganó un millón de dólares. Fue en Panama 4-0 Nicaragua, del año 2010, Eliminatorias para Brasil: “Les pagué 40,000 dólares a los nicaragüenses”.
En varias ocasiones habla de Armando Collado. “Gracias a Armando hice buenos contactos en El Salvador. En septiembre de 2009, arreglé un partido de Copa de Campeones de Concacaf entre Árabe Unido y Metapán”. Ese juego no fue fácil. “Media hora antes del partido, uno de los colaboradores me llamó para decirme que no iba a haber apuestas en vivo en este partido. Uh, ya le di 50,000 dólares a los jugadores. Pongan las apuestas antes del partido, solo hay 20 minutos…”
Luego continúa: “Los panameños dieron un show impresionante. Aplastaron al Isidro Metapán 6-0, lo único malo es que los salvadoreños tenían que recibir dos goles en la primera mitad (solo fue uno)”. Raj Perumal cuenta que Anthony, su colaborador, sugirió que le quitaran el dinero ya entregado a los jugadores de Metapán, ya que no se habían dejado hacer dos goles en la primera parte.
“No, Anthony, que se lo queden… Igual hicieron un buen trabajo’, les dije. Dejarle el dinero a los jugadores era una muestra de buena fe de nuestra parte, y que estábamos invirtiendo en una relación a largo plazo con el equipo salvadoreño. Sin embargo, Armando me contó que a los jugadores les quitaron parte del dinero. Anthony, con el argumento de que les faltó un gol en el primer tiempo, les quitó el dinero y se los gastó en el casino”.
También describe el El Salvador-Honduras, de 2009. “A través de Armando arreglamos con El Salvador para que pierda por dos goles, pero al final fue solo 1-0… Indirectamente, yo contribuí a la clasificación de Honduras al Mundial 2010”.
Del juego Estados Unidos-El Salvador en Tampa habla de una conspiración de otros amañadores para dejarlo sin negocio, y que nunca tuvo claro si habían comprado a 6 o a 8 jugadores. “El primer tiempo finalizó 0-0. En el comienzo de la segunda mitad, El Salvador anotó un gol. En ese momento, seis jugadores salvadoreños corruptos empezaron a trabajar. Recibieron un gol en el 75’ y ya en tiempo de compensación, el portero le hizo un pase tonto a un defensor, al que le quitaron el balón permitiendo que Estados Unidos anotara sobre el final. Resultado final: 2-1. Dos goles recibidos en el segundo tiempo. Harry y Danny habían ganado su apuesta”.
Una novedad que aporta el libro es que agrega otro partido amañado de la Selecta. Se trata de un amistoso contra Guatemala en Los Ángeles que los chapines vencieron 2-1 el 3 de marzo del 2010. Raj Perumal se jacta de haber comprado varias selecciones de Concacaf, entre ellas El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Granada y Cuba.
En otro pasaje del libro, explica por qué algunos de sus llamados provenían de un teléfono salvadoreño. “Para que no se den cuenta de que estaba en Inglaterra, le dije a Ravin Raj, que estaba en Centroamérica, que usara su chip telefónico salvadoreño y que se haga pasar por mí. Necesitaba aclarar que el juego Togo-Bahreim no lo había amañado yo”.
Otro juego que detalla es el amistoso Costa Rica-El Salvador, de Ciudad Quesada. Reconoce que ellos pretendían poner árbitros de Zimbabwe.
“Pretendíamos poner nuestros árbitros, pero de repente empezaron a sospechar. Alassane eligió el estadio de San Carlos… Una vez que El Salvador voló a Costa Rica pagado por nosotros, la federación de Costa Rica llamó a un árbitro panameño para oficializar el juego. Al final, nosotros pagamos los boletos y el hotel de El Salvador pero no pudimos hacer nada… Nos jodieron y no pudimos hacer dinero con ese juego”.
Kelong Kings – Wilson Raj Perumal from Invisible Dog on Vimeo.