No hubo altercados como en Usulután, pero esta vez la Turba Roja voluntariamente acordó no entrar al estadio Jorge “Calero” Suárez en protesta al acuerdo de la comisión de seguridad que prohibió el ingreso de bombos y toda clase de instrumentos a los estadios para evitar que haya pólvora en los estadios.
A unos 45 minutos antes de iniciar el partido los hinchas de FAS marcharon pacíficamente sin provocar a nadie pero con una pancarta. El mensaje era claro: “los bombos y los trapos no generan violencia”. Evitaron entrar en conflicto con los agentes de la UMO que estaban desplazados en una esquina opuesta al parque donde había un evento cultural con música y juegos para niños.
La caravana de los tigrillos se compuso de tres buses y dos camiones. Tres policías motorizados los acompañaron hasta la ciudad calera. En todo el camino, éstos cantaron y pusieron el sello que los identifica. Vivían su fiesta. Pero ya estaba acordado que apoyarían a su equipo desde afuera del escenario y no pagarían su entrada. Era un panorama distinto a lo ocurrido en el Sergio Torres, donde no les permitieron su ingreso. A todo pulmón cantaron “dale, dale, dale, dale FAS,…”.
Se dejaron sentir como si estuvieran dentro otro grupo de aficionados, que no están organizados en la Turba Roja, sí disfrutaron del partido en la grada en buen número. Éstos llevaron solo dos banderas con el logo del equipo. En el polo opuesto del sector popular, la Furia Calera estaba presente y alentando pero sin banderas gigantes ni instrumentos. Se apegaron a la medida.