Es de sabios enmendar los errores, dice un adagio. Es de tontos seguir cometiéndolos, cuando se sabe que son yerros, diría otro. Es de sabios aceptar que sin bases, sin categorías inferiores, nuestro fútbol no irá a ningún lado. No irá a otro Mundial juvenil, mucho menos mayor. Es de tontos estar esperanzados en que la casualidad premie a la improvisación.
Perdónenme la ignorancia, pero creo que la organización de un torneo Sub-17 no es la solución, sólo un parche que intenta tapar la decadencia de nuestro fútbol. Lo verdaderamente importante acá es forzar a los equipos (no clubes) a que tengan al menos tres categorías abajo de la Mayor, sólo así se irá construyendo el futuro del fútbol nacional. Pero que lo hagan con organización, con profesionalismo, no sólo para cumplir un requisito.
¿Qué soluciona este torneo Sub-17 que está a punto de iniciar? ¿Cuántos de esos jóvenes tienen una formación adecuada de cómo parar un balón, cómo dar un pase completo, etc.? ¿Seguiremos viendo jugadores, como los que hay, incapaces de dar un pase a dos metros del compañero? Es de sabios comenzar a potenciar a los niños, jóvenes en formación para que se conviertan en referentes de un fútbol que fue capaz de sobrevivir a vejámenes, traiciones, vendetas, etc. de sus principales protagonistas, estén estos vestidos de corto o de saco y corbata.