La ciclista norteamericana Mara Abbott puso en evidencia sus dotes de escaladora y, derrochando mucha energía en cada pedalazo en el ascenso desde la ciudad de Mercedes Umaña, hasta Berlín, se adjudicó el viernes el triunfo del Gran Premio de Oriente, tras cruzar la meta con un crono de 2:48.19 (2 horas con 48 minutos y 19 segundos).
Ya Abbott, quien corre para el team United Health Care, lo había advertido un día antes en la ciudad de Juayúa, cuando entró tercera en la disputa del Grand Prix Grand Saint Bernard. “Esto apenas comienza, ya veremos a ver qué pasa en las próximas pruebas”, había manifestado.
No tardó mucho tiempo la ciclista estadounidense en hacer sentir su calidad en territorio cuscatleco, pues dio una muestra del gran nivel competitivo que posee y que le puede rendir mayores frutos para cuando comience la vuelta ciclista en sí, cuya primera etapa se disputará el próximo martes 11 de marzo.
Desde que el grupo partió de la base aérea en el aeropuerto de Ilopango, se mantuvo compacto gran parte del recorrido, que esta vez constó de 99 kilómetros. Esto transcurrió así específicamente hasta la altura de la ciudad de Mercedes Umaña, donde tal como estaba previsto, era previsible que el pelotón se comenzara a partir en los 11 kms. de ascenso que les llevaría hasta la meta, ubicada en Berlín.
Ataque oportuno
Abbott y sus compañeras de equipo en el United Health Care, entre ellas Sharon Laws y Katherine Halls, se mantuvieron al frente del pelotón, vigilantes de lo que pudieran hacer en cualquier instante sus más fuertes rivales.
Nunca dieron mayores ventajas a las integrantes del RusVelo, que lidera la rusa Olga Zabelinskaya y el Astana Be Pink, que encabeza la bielorusa Alena Amialiusik.
Desde la salida, la carrera de ayer fue bastante rápida, considerando que el terreno careció de subidas pronunciadas, lo cual permitió a las ciclistas no gastar muchas energías, pues abundaron más las bajadas. Ello influyó a que en dicho tramo ninguna de las pedalistas intentase una fuga.
Fue pues en la subida de Mercedes Umaña hacia Berlín cuando Mara Abbott, con la colaboración de sus compañeras de equipo, decidió fugarse, y lo hizo con mucha solvencia.
En ningún momento vimos flaquear en el ascenso a la corredora norteamericana. Es más, a medida que devoraba terreno, más oxigenaba los pulmones para pedalear con mayor intensidad, ritmo que mantuvo hasta cruzar en solitario la meta ubicada frente al parque central de esta ciudad.
“Por el tipo de terreno que recorrimos, fue una competencia que a todas las competidoras nos permitió ahorrar energía, pienso que fue en el ascenso donde la mayoría de ellas mostraron cierto cansancio y lo pude aprovechar para ganar la etapa”, declaró Abbott al final.
“Feliz porque mi compañera Sharon Laws también entró en el podio”, remató.