No era un día cualquiera en San Miguel. El equipo mimado de la ciudad y de buena parte del país estaba de manteles largos, 88 años. Y la gala estaba servida, en casa y contra su archirrival histórico, el Deportivo FAS que venía en supremacía por el liderato e invicto.
El estadio presentó un considerable marco de público, casi lleno, y la afición tigrilla colaboró en darle color y ambiente a las gradas con sus tradicionales cantos y banderas gigantes que colgaron.
Cuando los equipos entraron al engramillado, se vivió un ambiente para recodar. Los barras organizadas de Águila, entre ellas la Inmortal 12 y la Banda de la Capital, montaron un mural naranja, lanzaron papel y afuera del estadio hubo quema de pólvora con los colores del equipo. Era para que la piel se hinchara. Durante todo el partido, el canto de la afición local hizo olvidar que Águila peligra con el descenso. Volvía esa emoción, que se contagió en todo momento entre los asistentes, que se ponían de pie cada vez que había una ocasión de gol. En parte, el gancho en la semana fue la contratación del entrenador exitoso Edwin Portillo.
En el intermedio del encuentro llegó un emotivo momento, la entrega de reconocimientos para cinco expresidentes de la institución, Carlos García Prieto, Henry García Prieto (presidente de Fundamadrid El Salvador), el coronel Reynaldo López Nuila, Federico García Prieto y Alejandro González. A todos se les reconoció como presidentes honorarios porque bajo sus gestiones, el equipo migueleño fue campeón.
Esto último hizo que muchos aplaudieran. Pero el evento pudo haber tenido mayor realce si hubiesen asistido exjugadores que participaron en los 15 títulos. Seguramente podría retomarse esta idea en dos añoscuando se cumplan 90 años.