En Italia, durante el partido entre los clubes de Riolo y Terme por la jornada 16 de la Segunda Categoría Puentes, un futbolista local marcó uno de los goles con los que su equipo ganó 3-1.
El jugador se fue a celebrarlo pero de una manera particular. Cuando todos creían que lo haría con algún compañero, decidió romper el banquillo con su cabeza. Dicha acción provocó que el árbitro lo expulsara del partido.