Es absurdo. Y lo hemos venido haciendo igual desde hace décadas. Tenemos un sistema donde, al final, conformamos un Comité Ejecutivo de siete personas donde cada quién jala por su lado, cada uno lleva agua para su molino. A su “estructura”. Es muy difícil que alguien de Adfas hable el mismo idioma administrativo, futbolístico, empresarial, que otro de la Primera. Hay más diferencias que sinergias, más peleas que acuerdos. Y con una cabeza descompuesta en siete caminos, en siete ideas, en siete fuerzas, es complicado caminar en una misma dirección. Y eso es lo que nuestro fútbol necesita: Dirección.
Además, las 40 personas que eligen a estos siete miembros del Comité federativo… ¿Qué criterio ocupan? ¿Son personas preparadas? Les gusta el fútbol, sí, son dirigentes deportivos, muchos son empresarios o profesionales, pero… ¿Qué perfil tienen? ¿Buscan el bien del deporte, o el beneficio propio? ¿Velan por el futuro del fútbol salvadoreño, o por unos dólares domingo a domingo?
El sistema debería ser otro. Que votaran los mismos 40, bueno, pero que al menos eligieran entre propuestas de trabajo, entre planes. Así: El candidato A ofrece resolver los problemas de nuestro fútbol de esta forma, con estos profesionales y recursos; pero el candidato B plantea los suyos, y otro candidato C expone su plan. Al final, los 40 delegados escogen al mejor candidato y la mejor propuesta entre A, B o C, y el equipo de trabajo ganador comienza justo a eso, a trabajar, en una misma dirección. Sin peleas internas ni desacuerdos absurdos.
A muchos profesionales y empresarios les gusta el reto de llegar a la presidencia de la Fesfut, pero no lo hacen porque a la par tendrán a personas que no comparten ni su visión, ni sus valores, ni sus ideales. Y, por eso, hay gente valiosa que podría llegar al fútbol y no lo hace. Porque le seguimos apostando a un sistema absurdo, un sistema que ya comprobamos, y por décadas, que no funciona.
¿Cuándo cambiaremos? ¿Cuando nos eliminen en la ruta a Rusia 2018, a Qatar 2022? ¿Cuándo las fuerzas vivas del fútbol dirán: Ya basta?