Esta es la historia de Giants, un equipo de básquet que creció a pesar de las dificultades y vicisitudes que existen en el deporte salvadoreño. Y además un ejemplo de que con voluntad y esfuerzo se pueden transformar las realidades por muy complicadas que se presenten. Hoy el sueño es convertirse en el primer club de básquet del país. A ello le apuntan y con ello se esperanzan…
Todo empezó cuando no tenían rivales para hacer jugar al equipo. Corría la temporada 2008/09 y con el Liceo Salvadoreño en los colegiales apenas habían participado en 5 partidos; la final fue ganada por default… Fue el punto de quiebre. Allí, un grupo de padres entusiasmados con el deporte de sus hijos y con el nivel que mostraban, dijeron basta. Fue el justo momento en que pensaron como revertir la situación y fue el embrión de la ilusión: convertirse en el primer club de baloncesto en El Salvador. Aunque el recorrido es largo y hasta espinoso, se puede asegurar que van en el camino correcto.
Los padres que empujaron la idea fueron, entre otros, Carlos Hernández, Francisco Duran, Luis Paredes y Carlos González. Yen ese recorrido, para que sus chicos puedan jugar, a través de los años hubo de todo: distintos parques para entrenarse, cortes de luz, redes que no llegaban , pelotas donadas y hasta un entrenamiento suspendido… por tiroteo. Si, fue en el parque Centroamericano cuando en medio de la práctica se empezaron a escuchar disparos muy cerca. Detrás de los árboles, tras los carros… todo lugar valía para esconderse… Al final hoy pueden contarlo como una anécdota con una mueca de sonrisa en el rostro.
Un torneo Sub 17, en la ciudad de Quezaltepeque, fue su punto de partida en octubre del 2010. A pesar de que rondaban los 13 años decidieron inscribirse con el nombre ?Giants? (elegido por los propios cipotes tras un partido). Terminaron campeones invictos, a pesar de la diferencia de edad.
Jugaron muchos partidos y se contrató entonces a un DT, Amílcar Regalado. Se vino un Sub-18 en Santa Tecla y ya ?Giants? empezaba a tomar formalidad de equipo. El camino se iba despejando.
El lugar para entrenar seguía siendo una cuestión nada fácil para resolver. En un momento, cada familia se iba a un parque para ver cual estaba habilitado y así poder practicar.. Y cuando no había luz, los focos de los autos servían como iluminación hacia los aros.
Pasaron entonces, como lugares de práctica, la Miramonte, Yumuri, Centroamérica y La Universitaria… hasta que se realizaron gestiones con la alcaldía de Antiguo Cuscatlán para utilizar el Complejo Municipal La Sultana.
Ricardo Gamero, el nuevo entrenador, se sumó en 2012. ?Estaban en Tercera categoría, ya federados en asociación con Roll Royce -cuenta Gamero-. A partir del 2013 ya estábamos jugando en Segunda, a pesar de que hubo situaciones complicadas como la fractura de Carlos González. Varios de los jugadores ya formaron parte de selecciones y han salido a representar a su país. La principal visión es darle otro punto de vista, no sólo un equipo, sino sobre todo crear un club?. Las palabras son de Gamero, pero puede ser de cualquiera de los protagonistas de ?Giants?.
?Esto empezó como un divertimento para los chicos pero es integral. Se les exige buenas notas, no se puede faltar a los entrenos, los jugadores deben tener un perfil determinado?, afirma Carlos Hernández, uno de los padres tanto de un jugador como de la idea.
Obviamente, todo tiene sus gastos y el dinero, a veces no alcanzaba. Se empezaron a buscar patrocinios: Z-CAM donó $100 y facilitó el primer uniforme. Hubo ayuda de Fundemospaz-Banco Hipotecario; Fundación Renal, Movistar El Salvador, Celcom, Bufete Alvarenga Mirón; Alcaldía de Antiguo Cuscatlán, Ing. Alex Molina y Asociados.
A través del tiempo fueron participando en diferentes torneos y juegos hasta el interior del país, Santa Tecla, San Marcos, Colonia Guadalupe, San Vicente, Sub 23 FESABAL, y los torneos de tercera y segunda de la Liga Nacional, donde hoy compiten?.
Salvador Hernández, uno de los jugadores fundadores y referentes del equipo, tiene en claro los objetivos:?Que sigamos unidos, cada año más fuerte. Y a corto y mediano plazo, esperamos subir a Primera y algún día poder salir campeón?.
Para la competencia en Segunda, se sumaron algunos jugadores de trayectoria como Aldemaro Sagastume, quien agregó:?Quería jugar en Primera pero vi algo distinto aquí, la pasión y mística de este equipo es especial. Tenía años de no sentir un equipo de básquetbol así, desde la escuela?, opinó.
El equipo y el club
En el equipo hoy se reclutan jóvenes de 12 años en adelante, cuentan con jugadores que nunca habían practicado el baloncesto y están compitiendo en las ligas más importantes del país. También se ha comenzado con el baloncesto femenino, con excelente suceso. Para anotarse en ambas ramas, hay cola de espera.
Los jugadores están felices: ?Los entrenadores, los papás y las jugadoras nos han dado todo y nos han hecho sentir supercómodas?, asegura Priscilia Escobar. Ricardo Paredes agrega que ?jugar con compañeros y amigos desde la infancia da un gran orgullo?; y César Durán dice que ?esto es como una familia y como ser humano me ha servido en muchas cosas, antes de los equipos, lo mío en cuestión de notas era diferente…?
Se refiere a cumplir con uno de los requisitos que se exigen para ser jugador Giants:llevar bien el estudio.
Siempre con las ideas claras… ?Hacer el primer club de básquetbol en el país, con la escuela de estudios, personería, sedes y luego escuelas de baloncesto en diferentes categorías. La idea es nutrir y formar, sacar jugadores, ayudar al país. Y quisiéramos que esto lo repitieran otros?, aseguran sus fundadores. Y dan un paso fundamental:?Cuando comenzamos con esto pensamos que no todo tiene que llegar del Indes… Nos pusimos manos a la obra y acá estamos?. Aplausos.