Flores, 17 años, es un talentoso mediocampista, nacido en Estados Unidos de padres migueleños, quien está en categorías inferiores del Borussia Dortmund, el club alemán subcampeón de Europa. Ha sido seleccionado Sub 17 y Sub 20 de EE.UU. Es un jugador habilidoso y desequilibrante, con la técnica “made in El Salvador” de nuestros futbolistas. Sabe con la pelota. Y en los últimos días, se ha abierto una ventana para que pueda jugar para el Azul y Blanco, porque le dijo no al Tío Sam para concentrarse en su club…
Ojalá se termine cerrando lo del Junior, quien ya una vez dijo a El Desempate, de EDH Deportes.com y Radio 102 Nueve, que no ignoraría un llamado de El Salvador. Pero el tema de fondo es más importante: ¿Cuántos Juniors hay por ahí, y pasan inadvertidos? ¿Quién está trabajando de forma organizada, planificada, sistemática, para detectar estos talentos y llevarlos a selecciones?
Ya hubo casos concretos (Purdy, Dustin, Menjívar, Derby…), pero fueron “chispazos”, y no el resultado de un programa formal. Es cuestión de matemáticas: Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, hay 2.3 millones de salvadoreños en EE.UU. Entre ellos, hay talentos cuscatlecos en formación. ¿Cuándo y cómo los reclutamos? Tarea para la próxima junta directiva de la Fesfut. Eso, o tocará aplaudir cuando esos Juniors Flores anoten goles… para el Tío Sam.