Roger Ventura está empeñado en salvar la categoría del Quezaltepeque, que hoy milita en la tercera división del fútbol profesional salvadoreño, a pesar de no contar con el apoyo de una afición que tiene abandonado al equipo.
En uno de los más recientes partidos que jugaron de local contra Turín FESA, lo empataron 1-1 y bien lo pudieron ganar de tener más puntería en el segundo tiempo.
El domingo también vencieron de visita 1-0 a Nejapa, teniendo un buen respiro en sus aspiraciones de permanencia.
“Sí, se puede salvar”, dice Ventura, presidente del club, sobre el equipo y se entusiasma con los marcadores que acaban de conseguir, sobre todo ante FESA, un rival de los más fuertes y que cuenta con todo un apoyo institucional.
En ese juego apenas lograron una taquilla de $30, es decir 15 aficionados que pagaron los $2 de la entrada, cuando solo el pago de árbitros y paramédico fue de $140.
Empresas como La Corinca, la asociación que maneja las canchas del papi fútbol de la ciudad o empresarios como Gilberto Flores mantienen a flote al equipo con algunos aportes mensuales, pero no alcanza.
Los jugadores juegan “por voluntad”, por lo que no se les puede exigir mayor compromiso y de premios, en victorias, tienen invitaciones a comer pupusas o hamburguesas.
“Necesitamos que los aficionados vengan, que se recupere el amor por esta camisa”, afirma el presidente del combinado.
La entrenadora del plantel es Ana Sosa, quien en el juego ante Turín no pudo llegar a tiempo porque no le dieron permiso en su trabajo.
Ella basa su juego y la fortaleza de la escuadra en jugadores como el portero José Roberto Dimas Guardado, en el atacante Mario Javier Rodríguez o el zurdo Kevin Isaías Mejía Mejía, entre otros.
Ante FESA, el “Quezalte” denotó falta de condición física y un poco más de juego de conjunto, pero Ventura está convencido de que sus jugadores terminarán el torneo con mejor ritmo y asegurando la categoría.
“Todos los partidos son una final para nosotros”, les dice el presidente del club a los muchachos.
En este torneo han ganado dos juegos, empatado otro y perdido dos y de seguir en ese ritmo, incluso, podrían aspirar a mejores cosas que solo la permanencia.