Pareciera que la improvisación, el desinterés, le vaya ganado la batalla al deporte salvadoreño. Y es insólito que, a veces, son las mismas autoridades las que contribuyen a lo segundo, por lo primero.
Porque me pareció insólito, el sábado pasado, que existiera trofeos para unos campeones de béisbol infantil, y para otros no. Quise comprender a los padres de familia que dijeron que así les ?mataban? la motivación, pero me resistí a aceptar, por más que vi a unos esgrimir trofeos y otros sólo medallas. Pero… bueno.
Es insólito también que en el fútbol nos estemos ?peleando? por que la Primera juegue con un único balón, mientras las categorías inferiores (campeonato Sub 17 incluido) siguen mendigando la atención de unos dirigentes que son incapaces de ver más allá de su nariz. Incapaces de darle la verdadera importancia al fútbol base, a ese que, más tarde que temprano, nos representará en competiciones internacionales.
Es insólito también que algunos ?colegas? digan que no es importante elegir hoy al técnico de la selección porque ?no hay competiciones a la vista?. ¿Y entonces cuándo? les pregunto.
Es de sabios enmendar los errores, dice un adagio. Es de tontos seguirlos cometiendo, cuando se sabe que son yerros, diría alguien. ¿De qué lado estamos?