¿Qué pasó con Karla Mangandí?

Una de las mejores taekwondoístas de los 90s, un arte marcial donde representó al país en eventos regionales. Luego, pasó a dominar en la rama femenina del arco compuesto a inicios de los 2000

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El festejo del Audaz. Foto: EDH

Por Carlos Vides | Twitter: @celvides | Fotos: EDH /Mario Amaya / Cortesía de Karla Mangandí

2014-01-06 1:19:50

¿Qué hizo?

Cuando era niña y veía la televisión junto a su padre (quien practicó boxeo), la pequeña Karla se emocionaba al ver las películas de Bruce Lee. “Me encantaban, quería volar como él”, cuenta. Por eso, se enamoró del tae kwon do cuando visitó el gimnasio Dragón Azul, en San Ramón, cerca de la casa de su familia, en 1988.

Cuando apenas tenía dos años de practicar este arte marcial, participó en un campeonato nacional, de los primeros que se realizaron con atletas en la rama femenina de este duro deporte. “No compitieron varias atletas, faltaron unas de la UES”, justifica Karla. Apenas era una adolescente, pero ganó todas sus peleas y logró el título nacional. Nacía una estrella.

Comenzó entonces una meteórica carrera para Mangandí, quien ganó bronce en el Festival Olímpico Mexicano de 1992, en México D.F.. Y luego, dos años después, vendría lo que ni ella esperaba: Obtuvo el oro centroamericano en los Juegos de la región de 1994, realizados en nuestro país. “La favorita era la atleta de Costa Rica, pero logré ganarle. Prácticamente ella iba a ganar, pero logré conectarle una patadada de la que ya nose recuperó”, rememora Karla, en una presea que tuvo mucha repercusión, pues para entonces El Salvador, siendo sede, no había ganado ningún metal dorado.

La joven taekwondoísta siguió su andar y participó en el X Campeonato Panamericano, en Cuba; y para 1997 obtuvo plata en los Juegos C.A., en San Pedro Sula. También representó a El Salvador en los XVIII Juegos C.A. y del Caribe, en Maracaibo, Venezuela.

En todo su camino en el tae kwon do, fueron clave los entrenadores Yon Yu Kim (Corea del Sur) y Rolando Arístides “Tito” Romero (Cuba), que supieron regalar su conocimiento.

Lastimosamente, en ese año 1998 sufrió una grave lesión en la rodilla izquierda, por lo que fue operada y pasó todo 1999 en recuperación. Cuando regresó al deporte, en 2000, ya no pudo recuperar su nivel… Pero, lejos de alejarse de la alta competición, pasó a otro deporte: El tiro con arco. Fue impulsada por el cubano Roberto Morell, y así Mangandí entró al mundo del arco compuesto. Y lo hizo a lo grande.

Comenzó a dominar entre las tiradoras ya experimentadas, y su “boom” llegó en los Juegos Centroamericanos de 2001, en Guatemala, donde ganó 5 oros y 2 platas. En 2002, ganó oro en el Grand Prix Las Américas, en Detroit, EE.UU. Pero en 2003, ya con responsabilidades familiares y laborales, y al verse sin beca deportiva, optó por retirarse.

¿Qué hace?

En 2005, Karla culminó su carrera de Química y Farmacia en la UES, y desde un año antes trabajaba como técnica en farmacia en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social, donde aún labora.

Está casada desde 2001 con José Ángel Gamero, quien también fue seleccionado nacional de taekwondo. De hecho, fue a través de este deporte que se conocieron y se enamoraron.

Aunque ya no practica el taekwondo, Karla vive las emociones de este arte marcial a través de sus hijos, ya que tanto Diana Sofía como Josué Omar se han enamorado de este deporte, y lo practican en el mismo Gimnasio Dragón Azul donde se formó su madre. Enfocada en su carrera profesional, su hogar y la crianza de sus hijos, Karla agradece lo que vivió en el deporte, pero reflexiona que pudo haber logrado más de haber contado con mejor planificación y apoyo de las autoridades, para desarrollar aún más sus habilidades natas.