Eso lo entiende muy bien la población de surfistas nacionales de la zona de La Libertad, que han visto como la promoción de sus recursos naturales les ha abierto una puerta al desarrollo a través del turismo masivo potenciado por este deporte.
En ese sentido, el miércoles llevaron una misiva para solicitar que se inicie un estudio para reformar la ley de áreas naturales protegidas, con el fin de incluir dentro de esta la declaratoria de patrimonio natural del país a las puntas costeras, en las que rompen las olas que han hecho famosas La Libertad entre la comunidad internacional de surfers.
Lo que se pretende es proteger y garantizar por ley la biodiversidad de los ecosistemas costeros y conservar las olas que han brindado no solo diversión a los jóvenes nacionales, sino desarrollo a la zona.
La iniciativa surgió de manera individual pero ha encontrado eco en la Federación y en grupos organizados de surfistas.
Vale recordar que ha habido varios “proyectos” de modernización del Puerto que pretendían vender la idea de construir una barrera de rocas para hacer una “piscina” en el mar, con el fin de atraer más turistas.Pero esta visión, precisamente, llevaría al deterioro del principal recurso que ha servido de atracción, las olas, consideradas a nivel mundial entre las mejores diez.