Beatriz Pineda es una salvadoreña que realiza sus estudios de maestría en Barcelona, España, desde marzo del presente año.
¿Cómo te encontraste a Messi?
Fue cuando iba a mi viaje a Roma. Recuerdo que justo un día antes me doblé el pie. Así me fui con mi tobillo doblado y en muletas… viajé en la aerolínea Vueling en donde por mi estado me colocaron en silla de ruedas y en primera clase. Aterrizamos en Roma y fui la última en salir del avión por esperar mi silla de ruedas. Luego me dijeron que tenía que salir porque iba a ingresar el primer pasajero (Messi) y sospeché que algo pasaba porque vi mucho movimiento.
¿Y cómo lo abordaste?
Me quedé esperando y justo entró Leo Messi al avión… le dije al asistente del avión que por favor me dejara saludarlo… y pues Messi como me vio con las muletas me dijo que me sentara y aproveché para abrazarlo (risas).
¿Y te fuiste con él?
No, fueron 10 minutos aproximadamente.
¿Qué te dijo Messi?
Me preguntó que me había pasado en el pie, le dije que por usar tacones en Barcelona. Se rió mucho… le pregunté que por qué iba para España, que yo iba a ver el partido de Italia vs Argentina, que era el siguiente día. (Ese) fue el partido que se jugó para la bienvenida del Papa Francisco, y que quería verlo jugar. (Messi) me contó que estaba lesionado, y fue cuando me mostró su pie con su lesión.
Después le dije que había ido a verlo jugar al Camp Nou y me preguntó que de dónde era, y yo le dije: “de El Salvador”, y él me dijo: “Como el Mágico González” cuando dijo eso, casi me desmayo, porque es bien difícil que conozcan algo bueno de nuestro país. Aunque acá en España me he encontrado con buenos comentarios por el Mágico, acá lo conocen, y saben el nivel de jugador que es.
¿Cómo te hubieras sentido si no te hubieras podido tomar la foto?
¡No cabía la posibilidad, yo me rebuscaba como diera lugar! No le pude pedir un autógrafo porque no tenía nada a la mano de papel ni lapicero, luego que estaba toda amarrada con las muletas pensé en un autógrafo como el mejor regalo de la vida para mi padre, y eso si me da cosa, porque ¡no lo logré!
¿Y cómo salió la foto?
El asistente de vuelo me la tomó, le di un abrazo (a Messi) y le recalqué lo mucho que admirábamos su nivel de fútbol en El Salvador. Le di un beso, y me ayudó con las muletas. (Él) fue súper sencillo al hablar, humilde y paciente. Yo traté de tranquilizar mis emociones también para no sonarle molesta ni nada. Pero confieso, que fue una experiencia única, porque vi que es una persona normal y sencilla.