¿De por vida?

[OPINI??N] Cuesta creer que en el fútbol salvadoreño, que moviliza un promedio de apenas 7,000 personas por fin de semana en sus juegos de Primera División

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Enfrentamiento entre aficionados de Alianza y la UMO. Foto EDH / Jaime Anaya

Por Claudio Martínez / @martinezchino

2013-11-04 1:55:46

Cuesta creer que en el fútbol salvadoreño, que moviliza un promedio de apenas 7,000 personas por fin de semana en sus juegos de Primera División, resulte tan difícil de ser controlado y que continuamente se den casos de violencia, como el ocurrido ayer en el Cuscatlán tras el Alianza-FAS.

No, El Salvador no es la excepción a un problema global… El caso de la violencia en Argentina, por ejemplo, es crónico y diez veces peor. A veces es difícil frenar masas de 35,000 o 40,000 personas, que incluso en su camino al estadio chocan con otras barras numerosas que se dirigen a otros juegos. En una ciudad como Buenos Aires, donde en un mismo día puede haber hasta 20 partidos simultáneos, donde las aficiones ?que por diversas razones se odian entre sí sin importar la categoría- indefectiblemente se cruzarán en algún lugar de la ciudad, todo es más complicado.

Pero aquí no. Debería ser mucho más fácil. Todo es más previsible: por lo general, se sabe cuáles son los partidos de alto riesgo: Alianza-FAS encabeza ese listado, seguido de otras combinaciones entre los equipos grandes, más FAS-Metapán, que siempre genera problemas.

No solo se trata de llenar de policías el estadio. Se trata de prevenir, y aunque se hagan mil conferencias de prensa previas para anunciar el operativo y las medidas se refuercen, parece que no es suficiente. Nunca quedó claro cómo fue que entró la pólvora en el Cuscatlán el día de la explosión en la barra de Alianza, tampoco ahora se entiende muy bien por qué se abrieron las puertas antes de tiempo…

Pasan los partidos importantes, y nada mejora. Al contrario. Es el local contra la policía, o el visitante contra la policía, o el local contra el visitante… Es hora de empezar a cambiar el sistema. Quizás seguir trabajando en la prevención, pero también empezar a hacer algo con los violentos. En muchos países, quienes son detenidos y encontrados culpables, no pueden volver al estadio, ya sea por un período determinado o de por vida. Sí, de por vida. ¿Por qué no? Si la razón de castigos drásticos en los casos de amaños fue sentar un precedente y poner a pensar a quien pretenda hacerlo de ahora en adelante, no estaría mal aplicar el mismo criterio en el caso de los violentos.