Al terminar el partido, y mientras jugadores y afición de Marte festejaban el triunfo en el “derbi capitalino” sobre Alianza, Guillermo Rivera bajó desde las gradas de Platea y le pidió a su cuerpo técnico conversar aparte, cerca de la portería sur. No estaba contento. Los albos los habían hecho sufrir en toda la segunda parte, y estuvieron a punto de ceder el empate en un partido que tenían controlado.
Ese gesto explica mucho de cómo este Marte ha llegado a ser el líder solitario del torneo. Lo ha hecho con humildad, autocrítica y trabajo, con la mano de Rivera para sacar lo mejor de un planteo con muchos jóvenes que están dando la talla, y de qué forma.
Pero el técnico transmite a su grupo que aún falta mucho qué recorrer, y que si bien se vale disfrutar, aún no tienen derecho a darse por satisfechos. “No vamos a estar tranquilos, sentados en un sillón y jugando Playstation, sabiendo que aquí tenemos que reventarnos la madre (señala la cancha). Esa es la gratificación que tenemos los muchachos con nosotros y nosotros con ellos”, explicó Rivera.
“Estamos encaramados en la primera posición, invictos, y eso es muy motivante, siempre con los pies sobre la tierra. Se los dije a los muchachos, y este es el fruto de la pretemporada que ellos hicieron. Hemos sido jugadores, y al verlos cómo se preparan, y nosotros siempre puyando las costillas, que siempre tienen que hacer lo mejor, lo mejor y lo mejor; y ahí está el complemento. Ahora estamos disfrutando de este momento”, valoró “Memo”.
El técnico sorprendió al enviar como titular al cuestionado uruguayo Aldave, quien le agradeció con un doblete. “El flaco es de aquellos delanteros que en cualquier momento se pueden destapar con los goles, limpiarse de ese mal agüero que a veces llega. Estoy muy contento por él que al fin se haya encontrado con el gol”, comentó.
Y el goleador Aldave expresó sentirse “contento porque ya tenemos el liderato, y es bueno para el grupo, que se merece mucho más que esto. Espero que podamos mantener la punta por bastante tiempo”.
El charrúa no quiso destacar su aporte individual, sino “más bien en lo general. Este partido teníamos muchas ganas de ganarlo, por suerte se dio el triunfo y la punta, y gracias a Dios se me dio anotar. Se los dedico a mi familia en Uruguay, a mi hijo y a todo este grupo que confía en mí”.