Fuerte, rápido, preciso y un gran definidor frente al arco rival eran algunas de las cualidades que distinguieron en su apogeo a Raúl Corcio Zavaleta, uno de los delanteros más completos que ha dado el fútbol nacional y cuya calidad desplegó en casi todos los equipos que en su época militaban en la primera división.
A él le cabe el honor de haber sido el primer jugador extranjero que vistió la camisola del Olimpia, de Honduras, el equipo mimado de Tegucigalpa. “Corría el año de 1963 cuando el entrenador Carlos Padilla, de origen hondureño, quien ya antes había sido campeón aquí con Águila, estaba al frente del Olimpia y entre los refuerzos me pidió a mí. Para ese entonces este equipo, quizás el más grande de Honduras, estaba cumpliendo 50 años de haber sido fundado”, recordó Corcio Zavaleta.
Recordó además que la negociación para su incorporación al Olimpia fue directa y rápida, con el entonces presidente del equipo, Rubén Callejas Valentein, padre del actual presidente de la Federación Hondureña de Fútbol y expresidente de Honduras, Rafael Leonardo Callejas. “Don Rubén y Carlos Padilla vinieron a San Miguel, para negociar con la directiva de Águila y conmigo mi pase al Olimpia”, dijo.
Su paso por el fútbol hondureño fue como se esperaba, exitoso, pues los dos años que jugó para el Olimpia se coronaron campeones. “Los aficionados me demostraron un gran cariño y no querían que me viniera, pero el amor a mi país y a la familia me hizo volver”, asegura.
Conocido en el medio futbolístico como “El Larguirucho”, gracias al recordado periodista Miguelito Álvarez, los primeros pasos en el fútbol mayor de Corcio Zavaleta se remontan a 1954 cuando a sus 17 años debutó en el Santa Anita, siendo subcampeones.
En 1956 pasó a integrar el plantel del Juventud Olímpica, se motivó a cambiar de equipo porque también le dieron trabajo en la Alcaldía de San Salvador, pero solo jugó un año con este equipo. “Luego pasé al Atlante, de la Guardia Nacional; ahí jugué a la par de uno de los grandes extranjeros que ha llegado a este país y que fue conocido como el caballero de la cancha, me refiero al argentino Hugo Arias”, apunta.
Pero en Atlante, asegura, coincidió con otros grandes de la época como Meme Duque, Arturo Jaco, Ranchero Guerra, Ramón “Pezote” Chávez, Mario Arana. Con este equipo fueron subcampeones en la temporada 1954-55 y permaneció en el mismo hasta 1958.
Su primer gran salto cualitativo en su aún naciente trayectoria futbolística, según lo manifestó, lo dio cuando el calendario marcaba el año 1959. Fue contratado por Águila y fue además el año que se realizó el primer carnaval de San Miguel, del cual sin saberlo sería uno de los más connotados protagonistas, pues ese año Águila se coronó campeón nacional precisamente el día del carnaval.
“Nos coronamos campeones en San Salvador, le ganamos 2-1 al Alianza en el estadio Flor Blanca, yo anoté un gol y el otro fue de Cariota Barraza. Mientras viajábamos para San Miguel, en todos los desvíos de la carretera la gente nos saluda muy contenta y al llegar al carnaval me hicieron bailar con la reina, fueron realmente momentos y emociones para no olvidar”, dice Corcio Zavaleta, hoy a sus 76 años.
Seguidilla de éxitos
De su estancia en el equipo emplumado que se prolongó hasta 1970, logrando seis títulos nacionales, recuerda entre sus compañeros, además de los ya mencionados a Juan “Máquina” Merlos, Pucul Bonilla, el tico Raúl Lizano, al entrenador Conrado Miranda, Fito Gato, Catuta López, Saúl Molina, Lolo Milla y Sergio Méndez.
Entre los directivos de la época recuerda a don Leopoldo Paz, Carlos García Prieto, Ulisés Calderón, Ernesto Chofles, Miguel Félix Charlaix y Trinidad Perla. “Fue la época de oro de Águila, se ganaron varios títulos, el equipo derrochaba calidad donde quiera que jugara, dentro y fuera del país y los jugadores éramos tratados muy bien como personas y empleados”, cuenta.
Estando en Águila fue que surgió la oportunidad de jugar en el Olimpia, de Honduras (1953-1965), ahí compartió créditos con otros grandes jugadores del fútbol catracho como “La Coneja” Cardona, la “Furia” Solís, “Calitrín” Suazo, “El Gato” Salinas y “Pichón” Zavala.
Al retornar al país jugó en Atlético Marte, cuando lo entrenaba Isaías Choto, jugó dos años y consiguieron un título, acá jugó a la par de gente como el chileno Ricardo Sepúlveda, el argentino Fito Baello, José Sulantay, Raúl Magaña, “Loro” Castro y la “Muñeca” Mejía.
Para la temporada de 1968 pasó a Luis Ángel Firpo, donde permaneció por dos años, no consiguió título alguno, se mantuvieron en la medianía de la tabla. Entre sus compañeros recuerda al entrenador Luis Antonio Regalado, “Chincuyita” Deras, Cokie Rodríguez, “Charrandinga Contreras”, “Tungura” Tenorio, “Avión” Molina y los chilenos Julio Escobar y Andrés Paretti.
En 1970-71, Corcio Zavaleta jugó para el Dragón, no trascendieron en primera, pero acá coincidió con jugadores como Chato Santana, Pájaro Castillo, Chiquitín Benavides, Quelepa Riveray Francisco Antonio “Chicotoño”, hermano mayor de Luis Baltazar Ramírez Zapata.
Pero su trajinar en el balompié nacional estaba lejos de terminar, en el 72 Yohalmo Aurora lo llevó al Municipal Limeño, de Santa Rosa de Lima, cuando estaba en segunda división, lograron el ascenso y ese primer año en primera derrotaron en la final a Juventud Olímpica con gol que llevó su firma. “Lastimosamente perdimos la final 2-1 ante Alianza con goles de Helio Rodríguez. Por nosotros anotó Alex Cordero”, recordó el gran jugador de antaño.
¿Qué hace?
Una vez retirado del fútbol, según recuerda Corcio Zavaleta, tras 17 años y con aproximadamente 38 años de edad, se alejó de las canchas, pues el tiempo ya había hecho mella en sus condiciones físicas y su rendimiento ya no era el mismo.
Casi de inmediato comenzó a prepararse como entrenador en los cursos de la Asociación de Entrenadores de Fútbol de El Salvador (AEFES), fue de a poco subiendo en el escalafón hasta capacitarse para dirigir en primera división. “Una vez obtuve el título C y A comencé a dirigir en segunda división y tiempo después en primera, fue con Cojutepeque (1987), que tras subirlo al balompié mayor, casi lo corona campeón, pero Luis Ángel Firpo los derrotó en la tanda de penaltis y debieron conformase con el Subcampeonato.
“Logramos el ascenso a primera con el Baygón, pero luego los directivos le vendieron la categoría al Asociación Deportiva El Tránsito, que dirigía Héctor Palomo Sol”, recordó.
Afirmó que por razones de salud optó por retirarse totalmente del fútbol, recién hace dos años, aun jugaba torneos recreativos que son organizados por iglesias cristianas evangélicas. “Mis hijos me recomendaron que ya no jugara ni entrenara, si cuando jugaba nunca tuvo una lesión grave, no vaya ser que hoy a estas alturas de la vida le vaya a suceder algo peor”, me dijeron.
Dice que sigue el desarrollo del fútbol por la televisión y los periódicos, que tampoco asiste al estadio y por el contrario dedica más tiempo a la familia, que ahora suma ya varios nietos.