Dos días separan a FAS del sueño. El de levantar otra corona. El de volver a ser campeón con el título 18, tras cuatro años sin conseguirlo. Y el de olvidar la final perdida del semestre anterior.
La fe del tigre está intacta, y ayer la reconfirmó con la visita de un grupo de jugadores a la Basílica de Guadalupe, en Antiguo Cuscatlán, previo a su práctica vespertina.
Como es parte de las costumbres en el tema religiosidad del cubil, los que visitaron a la Virgen Morena pudieron agradecerle el llegar a la final, así como encomendarse a Dios para vivir de la mejor manera la final inédita santaneca de este domingo.
La visita, en el marco de la conmemoración guadalupana, ayudó también espiritualmente al grupo para tener una tarde agradable en el Cuscatlán, el escenario donde disputarán el título nacional.
“Cada quien con su religión, y todo es válido. Sabemos que solo es un Dios y agradecerle realmente por lo que nos ha dado hasta el día de hoy, porque sabemos que sin Él no caminamos en todas las cosas de la vida, porque nos dio salud en todo el torneo, en esforzarnos y en lo que hemos logrado para llegar al domingo, porque Él nos tiene aquí”, expresó Williams Reyes.
Por su parte, el volante Raúl Renderos manifestó cómo está la fe del equipo, de poder ser campeones. “Hay fe, para FAS es obligación pelear el campeonato, estamos cerca y esa fe la tenemos siempre. Este grupo es bien unido y todos tenemos la misma mentalidad y queremos sacar el mejor resultado”.
A probar el Cusca
Tocar el engramillado del estadio Cuscatlán acercó más al equipo a adelantar la final. Fieles a su carisma, a su buena vibra y a la responsabilidad con su afición, el grupo se metió de lleno al trabajo.
Hubo mucho toque de balón en grupos divididos, además, el equipo practicó jugadas en definición en la mitad de la cancha, desplazamientos en velocidad y mucha diversión.
También, el colombiano Jefferson Viveros recibió un masaje en la espalda y hombro, de lo que él definió “un pequeño golpe, pero no es serio”, el que recibió en el último partido. Al igual que él, también Reyes se apartó del final de la práctica para recibir el suyo, en el abdomen.
Reyes, emblema tigrillo, habló sobre el partido: “Siempre con la misma alegría de jugar una final, a pesar de que ya son varias, pero cada una se vive diferente y la motivación siempre está. Ganarla porque el torneo pasado se perdió y aquí está la revancha seis meses después, sabiendo que no es fácil”.
Sobre el rival, añadió: “Metapán es un equipo complicado y esa rivalidad con occidente en cada partido es importante, pero esperando en Dios en ser uno de los que ayude al equipo a conseguir el objetivo que se está buscando desde hace cuatro años”.
Los porteros realizaron su trabajo aparte y el guardameta Luis Contreras explicó cómo debe seguir jugando FAS para alzar la corona: “Tenemos que jugar todos al cien por ciento en todas las líneas, finos en todas las líneas y aprovechar las que tengamos a favor. El orden, jugar inteligentemente y la entrega total”.
En cuanto a cómo ve “el Motor” la final inédita, añadió con sonrisa sincera: “Sabemos que no será una final fácil, pero tenemos que mantener lo hecho a lo largo del torneo. Sabemos que la copa se irá a Santa Ana, pero esperemos se vaya al estadio Quiteño”.