Los nombres rutilantes no hacen un equipo. Claro ejemplo de ello da hoy el fútbol salvadoreño. Con una campaña asombrosa desde los números y lo contundencia, Marte aplica una filosofía que suele dar resultados el deporte: “primero lo nuestro”.
Bienvenidos al mundo de Marte, el reino de la humildad. Los marcianos al ataque. Sí, pero desde el silencio y el perfil bajo. Nadie daba -dábamos- una cora por este equipo al iniciar el campeonato. Y nos ha cerrado la boca a todos. De la mejor manera, con fútbol, atrevimiento y victorias.
Filosofía Marte: Que el técnico que llegue se acostumbre a trabajar con los jóvenes del equipo. Así llegó Memo Rivera a la conducción y así lo explica Romeo Blanco, hombre fuerte del equipo: “Cuando los entrenadores llegan a un equipo lo que hacen es pedir r jugadores para reforzar; nosotros pedimos lo contrario: que se trabaje con lo que tiene el equipo”.
Con “apenas” 30 mil dólares de presupuesto mensual y muy lejos de los gastos de otros equipos a los que mira desde arriba en la tabla, Marte se hace fuerte desde la optimización de recursos y la gestión de trabajo.
Los equipos los hacen los hombres y no los nombres. En España, en China … y en El Salvador. Este Marte se formó con jugadores que vienen del ascenso del 2006 como Erick Molina, Edwin Benítez, Javier Gómez, Ibsen Castro, Kenny Lemus y jóvenes que se fue agregando desde las reservas, Christopher Ramírez, Mario Castellanos, Mario Martínez, Francisco García, Alan Fernández, Douglas Gil. Así se formó este equipo. Así gana y sorprende. Así se metió en semis. Aplausos.