“¡Pero vos le pegaste cabezazo!”

[OPIN??N] Vicente Ruiz debe ser un árbitro técnicamente muy bueno. De otra manera no se explica cómo teniendo antecedentes en esto de comentarios racistas, aún sigue dirigiendo en el fútbol profesional.

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Vicente Ruiz, ha protagonizado dos capítulos de racismo en su historial como árbitro en el país. Foto EDH / Archivo

Por Claudio Martínez / @martinezchino

2013-10-21 2:08:11

“Parate, negro hijo de p…” Si la intención del árbitro Vicente Ruiz era que el colombiano Vladimir Díaz, jugador del Once Lobos, se levantara de la grama, donde reclamaba una falta, vaya si lo consiguió. Lo que no imaginaba el juez era que no solo se iba a parar sino que no se detendría hasta estamparle un cabezazo en el rostro.

Ocurrió en un juego de Segunda División entre Once Lobos y Brasilia. Ambos quedaron fuera de combate: uno porque le partieron la nariz, el otro porque lo expulsaron del juego.

Antes de condenar el racismo del árbitro, primero hay que condenar el insulto. Aún sin el “negro”, la frase no es apropiada para quien debe impartir justicia en un campo de juego. Por otra parte, si en vez del colombiano Díaz estaba Marcelo Posadas, del Santa Tecla, y el árbitro le gritaba “Parate, chele hijo de p…” ¿debería también contar como insulto racista?.

Iba a escribir que la frase de Ruiz, además de intimidadora, era claramente denigrante, pero después comprobé que denigrante no es una palabra adecuada para el caso: de hecho viene del latín y significa “poner negro” o “manchar”, que para el diccionario vendría a ser lo mismo.

Vicente Ruiz debe ser un árbitro técnicamente muy bueno. De otra manera no se explica cómo teniendo antecedentes en esto de comentarios racistas ?recordar las denuncias del colombiano John Eider Castillo y del jamaiquino Garrick Gordon- aún sigue dirigiendo en el fútbol profesional.

A veces, demostrar que un árbitro insulta es más difícil que comprobar un amaño de partido y todo queda en un “palabra contra palabra” que acaba difuminándose con el paso del tiempo. Sin embargo, con tres casos en su contra, lo de Ruiz se vuelve casi indefendible. Y si los jugadores de ambos equipos aceptan testificar, la sanción podría ser muy dura.

También hay que decir que casos como este, de árbitros que insultan a los jugadores, ocurren bastante a menudo en todas partes. Cuando es a la inversa ?jugador que insulta al juez- la mayoría acaba expulsado. Pero en ese sentido los árbitros gozan de cierta impunidad por tener la sartén por el mango.

Una buena opción, sobre todo ahora que la tecnología ha ido avanzando, es que aprovechando los intercomunicadores que tienen los árbitros, todo diálogo entre ellos o con algún jugador quede registrado (desconozco si ahora se hace) en una grabación. Eso, que sería como la famosa caja negra de un avión, serviría para saber qué ocurrió en determinada discusión.

Mientras tanto, la Comisión de Árbitros debe tomar una determinación con Vicente Ruiz. ¿Un consejo? Que lo manden en un programa de intercambio a dirigir durante dos meses a la liga de Nigeria, Zambia o República Democrática del Congo, para que se le acaben todos los prejuicios raciales. O vuelve renovado o regresa con 27 cicatrices en su rostro.

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