Y volvieron a escuchar la misma canción… “tropecé de nuevo y con la misma piedra”. Juventud Independiente volvió a llegar a una semifinal y como un karma FAS volvió a pinchar el globo de sus ilusiones. Tal vez la tercera sea la vencida, si el coraje y el buen fútbol se lo permiten en 2014, claro está.
Ayer era visible en los rostros de algunos jugadores de Opico la tristeza, era normal quebrarse en llanto. Óscar Cerén se sinceró “en lo personal me duele mucho haberme preparado, soñar con estar en una final y quedarme en el camino. Hicimos buenos partidos, merecíamos mejor suerte, pero como hombres debemos encarar lo sucedido. Hasta donde se pudo fue una bendición y una gran oportunidad”.
Su hermano Darwin Cerén dijo que complicaron a FAS, un rival que no puede jactarse que fue mejor: “Si los de FAS dicen que no los complicamos significa que vieron otro partido, nunca nos tiramos atrás, pero al final una desconcentración nos dejó fuera de la final. Fuimos un digno rival con buenos talentos. FAS es un grande, pero se tiró atrás en algunos tramos del partido, ojalá les vaya bien en la final. Nos queda sólo aceptar y no quejarnos del arbitraje”.
Para el volante Yuvini Salamanca quizá Juventud no estaba preparado para estar en una final tras cometer los mismos errores de la ida en la semifinal.
“Dos pelotas a balón parado nos complicaron y quizá no estamos preparados para estar en una final, nos faltó concentración a la hora de ir a la marca porque dejamos jugadores de FAS sueltos”.
El defensa Juan Carlos Orellana también reaccionó “me voy triste y sin comprender porqué no podemos ganar en el Quiteño. La única satisfacción es que lo dimos todo y FAS no fue superior”.