El esfuerzo tuvo su recompensa

En los Bolivarianos, El Salvador obtuvo 26 preseas. Fue un fogueo de cara a los CAC de Veracruz 2014. Coes y Federaciones sumaron esfuerzos para dar esta oportunidad a atletas

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Notable actuación de nuestro atletas en Perú. Foto: EDH

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2013-12-06 4:18:01

Durante 15 días, El Salvador tuvo protagonismo en la pasada edición de los XVII Juegos Bolivarianos de Perú, que tuvieron tres sedes: Trujillo, Lima y Chiclayo. Y el saldo de dicha justa, que se disputó del 16 al 30 de noviembre, le dejó a los nacionales un total de 26 medallas, repartidas en seis oros, nueve platas y once bronces.

Para el Comité Olímpico de El Salvador (Coes), el resultado final lo califica como “exitoso”, ya que se le dio competencia a los atletas, sin perder la oportunidad de competir a este nivel, y consiguiéndolo sin ayuda del Estado, sino con esfuerzos y ayuda de empresa privada y federaciones en competencia.

Además, la actuación de los 28 atletas que subieron al podio, en nueve deportes, se vio complementada por aquellos que se quedaron en cuarto lugar (total 12). Ojo, que el peso de estos juegos incluyó que los salvadoreños tuvieron como rivales a campeones mundiales y olímpicos, lo que fue un extra al esfuerzo de disputar una presea con los mejores en distintas disciplinas.

“En la historia, por primera vez, un Comité Olímpico se dio a la tarea de llevar una empresa sin el apoyo del gobierno, y esta empresa era nuestra participación en los Juegos Bolivarianos. A pesar de que se solicitó el apoyo, nosotros, aunque aceptamos y de forma muy caballerosa la respuesta del gobierno, queremos poner en perspectiva el esfuerzo que se hizo, porque lo más grande de todo es haber ido a los Juegos”, explicó Eduardo Palomo, presidente del Coes.

Para Palomo, “la alternativa de no hacerlo no existe”, por lo que era una responsabilidad como Comité invertir y buscar los medios necesarios para asistir a la edición bolivariana. “Queremos enmarcar, contextualizar el esfuerzo que se hizo y dejar un mensaje para los líderes que se dedican a servir, que si se asume una responsabilidad de desarrollar a la juventud no pueden decir ‘no’. Las oportunidades que les cerrás nunca vuelven, en esta oportunidad eran los Bolivarianos, y de haberles dicho ‘no’ nunca volvería a ellos”, acotó.

“Nos sentimos orgullosos de lo que hemos hecho, sumamente complacidos por lo conseguido, mucho”, dijo.

¿Por qué era importante competir en estos Juegos?

Ante la negativa por parte del Gobierno de otorgar fondos para la participación del país en los Bolivarianos, al no ser considerados juegos oficiales o como parte del ciclo olímpico, el Coes inició una búsqueda necesaria para no dejar de embarcarse en esta aventura.

Como Comité, siempre se tuvo claro que era la mejor manera de darle un fogueo de buena calidad y mejor nivel a los salvadoreños. Y el objetivo del Coes para decir presente en Trujillo 2013 era: “Competir en Juegos con un nivel técnico más alto, lo que nos permitiría medir nuestro potencial deportivo con los atletas ganadores de los C.A. de San José 2013, un año antes de los C.A. y del Caribe de Veracruz 2014, dándonos la oportunidad de sostener un programa de competencia intensa que nos dé una ventaja en los CAC 2014, Panamericanos y Olímpicos”.

En ese sentido, Palomo detalló: “Si nosotros no hubiéramos ido, nosotros no hubiéramos podido sostenernos en competencia. La última que tuvimos fue en San José”. Recalcó así que, si no se aprovechaban los Bolivarianos, los atletas podrían pasar en el aire y sin competencia, nada más a nivel local, durante casi un año hasta la cita de Veracruz (noviembre 2014). Esto no daría la exigencia necesaria a los nacionales para lo oficial.

De ahí, los objetivos específicos de otorgar “una competencia de alto nivel para los atletas priorizados del ciclo olímpico”, el otorgar “una oportunidad en competencia, en el año uno del ciclo olímpico, a los deportes que fueron excluidos de los C.A. de San José”, y “evaluar con un nivel fuera de la región a los atletas e identificar talentos” se concretó con medallas.

“¿Qué hubiera pasado si para un atleta su próximo horizonte era noviembre de 2014 y le dicen que tiene que entrenarse aquí en El Salvador, jugar él con él mismo, todo el año, hasta el 2014, sin ir a ningún lado? Nos hemos ido a medir contra campeones del mundo, contra dos naciones fuertes, una que invierte $700 millones al año, Venezuela; y otra $400 millones, Colombia”, detalló.

A la postre, el esfuerzo valió la pena. “Tomando en cuenta que este grupo no tuvo fogueos, que los Juegos no fueron vistos dentro del sistema de apoyo, en su real dimensión, en lo que representaban, hay que decir que el esfuerzo se hizo. Los resultados se obtuvieron y el capital que nos deja en talento no puede más que hacer sentir que tenemos que celebrarlo, seguirlos apoyando”, indicó el principal del Comité.

Búsqueda del camino

Para asistir a los Bolivarianos, el Coes inició un “esfuerzo voluntario” para hacer realidad la asistencia al evento. Inició su recorrido en abril, tras enviar una carta al Instituto Nacional de los Deportes (Indes) solicitando presupuesto. Además, en mayo, le envió una propuesta final de presupuesto. Y en los meses de junio y julio, siguió con diversas gestiones ante el Ministerio de Hacienda.

Fue en agosto que se recibió la “carta del Ministerio de Hacienda denegando el presupuesto”. Incluso, en septiembre, se visitó la “Comisión Juventud y Deportes solicitando una recomendación a Hacienda”, dijo Palomo.

Pero, tras no recibir el apoyo requerido, se dio paso a la iniciativa para conseguir el “financiamiento privado”.

“Se realizó una ‘campaña de 150 atletas, 150 empresas’. Se llamó a cada federación y se le pidió que fuéramos socios, la mayor parte accedió a aportar el 50%. Las federaciones empezaron a hacer rifas, lavados de carros, eventos. Además, el esfuerzo de las federaciones de su presupuesto ordinario. Y el apoyo de la Embajada de Perú con exoneración de visas”.

En ese marco, Palomo señaló que fue base fundamental el “apoyo del Comité Olímpico Peruano (COP) y la Organización Deportiva Bolivariana (ODEBO) con hospedaje, alimentación y transporte interno de delegación. Nos otorgaron apoyo, sino hubiera sido por el COP no hubiéramos podido participar”.

Razones y talentos

Los atletas tomaron los Juegos con seriedad total. Sacaron así su mejor potencial y fueron protagonistas, tal es el caso de Roberto Hernández, en tiro con arco; Melissa Mikec, en tiro deportivo; Génesis Murcia, en levantamiento de pesas; el equipo de arco recurvo con Óscar Guillén, Rafael Castaneda y Cristóbal Merlos; y el nacimiento de otros que se han convertido en nuevos talentos como Cristina Calidonio, en remo; Armando Alvarado, en surf; o Ramón Cruz, en pesas.

“Hemos descubierto aproximadamente 15 a 20 nuevos valores, que serán concentrados y serán enviados a otro plan de entrenamiento, para que puedan tener más competencia. Johanna Pineda no perfilaba como atleta a enfocarse hacia Río, ni Ana Ramírez (tiro). Karate tuvo poco fogueo y ganó plata. Génesis Murcia tampoco se perfilaba”, mencionó.

El titular del Coes definió como parte importante los incentivos de atletas como Mikec, quien está casada con un campeón olímpico serbio y “su nivel y el compromiso de sus compañeras acá las ha elevado a otro nivel”, así como el perfil alto de Hernández, quien “entrena a la par de un campeón mundial como Jorge Jiménez”, lo cual fomenta una práctica de mayores quilates.

Mucho, con poco

El Salvador terminó en la posición diez en los Bolivarianos, pero para el Coes lo importante es lo que se logró. El país estuvo en Perú con 137 atletas, en 28 deportes, siendo algunos como pelota vasca y escalada asistentes por primera vez, y otros como surf, la segunda.

“Sin los dos deportes de conjunto, como baloncesto y sóftbol, que aportan 45 atletas, nosotros tuvimos una efectividad del 33% de las medallas que conseguimos”, puntualizó.

En cuanto a que Guatemala terminó sobre el país (sexto) y con 76 medallas (18 oros, 23 platas, 35 bronces), Palomo resumió: “Fuimos con la delegación más pequeña. Guatemala fue con 600 atletas, con una inversión aproximada de dos millones de dólares solo en Bolivarianos, y El Salvador invirtió $250 mil. Y además no es un análisis sencillo de comparar el número de medallas”.

“La respuesta es que no fuimos a competir contra Guatemala, hemos ido a competir contra nuestros propios obstáculos y a inspirar a un país y demostrar que no podíamos permitir que esta generación se quedara sin esta oportunidad de competencia y que no surgieran talentos”, añadió.

“El valor más grande que hemos generado es el sostenimiento del espíritu competitivo y lo que el Comité Olímpico rescató y fue un éxito es el esfuerzo y el poder desarrollar otros deportes. Rescatamos además que El Salvador y la empresa privada y los amigos del Coes son los que apoyaron al deporte. No hay que ir al análisis simplista y mezquino de que nos ganó Guate”, cerró.