SAN SALVADOR. Juventud Independiente recurrió a la remontada para empatar (2-2) un partido que FAS se lo puso demasiado difícil, en el juego de ida de las semifinales del torneo Apertura 2013 del fútbol salvadoreño.
La buena noticia para el cuadro opicano es que ese empate lo deja con ventaja sobre los tigrillos, pues por su mejor posición en la fase regular (fue segundo) otro empate en el Óscar Quiteño de Santa Ana lo metería por primera vez en su historia en una final de la Primera División.
La mala noticia es el juego que desarrolló ayer el conjunto arqueológico. Porque fue mejor que FAS en muchos tramos del partido, pero los nervios y algunos pérdidas sin sentido del balón lo complicaron más de lo debido. Eso, agregado a que jamás ha puntuado en el Óscar Quiteño (nueve derrotas en nueve visitas a la casa tigrilla).
FAS, con lo poco que tuvo en el primer tiempo le alcanzó para llegar con más peligro a la portería opicana, defendida por Julio Martínez.
Quizás por nervios, tal vez por el estadio -Juventud cambió su sede regular por jugar la semifinal en el Cuscatlán- lo cierto es que los dirigidos por Ramón Sánchez no fueron los mismos, sobre todo en el primer tiempo; luego mejoraron, pero FAS recurrió al oficio, a la experiencia, para contener las individualidades opicanas y aprovechar las equivocaciones del rival.
Falto de orden en el medio, con pases que costaban que llegaran a su destino, si es que llegaban, Juventud Independiente se ahogó en la madeja defensiva fasista, en ocasiones con un doble muro en defensa que le costaba superar. Porque cuando los opicanos buscaban llegar al área santaneca, tenían que pasar la férrea marca de Edwin Miranda y Raúl Renderos, por el centro, o Alex Larín y Bryan Tamacas por los costados.
Y si pasaban, estaban Carlos Carrillo, Alex Mendoza y Donni Valle para contener a los delanteros locales, a veces con fuerza de más.
Más sabe el viejo…
En ataque, FAS ayer tuvo a un Alejandro Bentos, llegando desde atrás, en la bujía que arrastraba marcas y muchas veces dejaba en buena posición a Williams Reyes y Jefferson Viveros. Un una de ellas, en el complemento, el capitán tigrillo desaprovechó mandando al espacio un buen centro del argentino que se le había ido, por enésima vez, a su marcador.
Juventud Independiente extrañó la claridad mental de un Yuvini Salamanca, que ayer anduvo impreciso en los pases. Extrañó también, sobre todo en el primer tiempo, de la calma que le imprime Darwin Cerén, de los desbordes de su hermano Óscar. Los hubo, sí, pero con demasiadas ansias.
Extrañó también Juventud al nigeriano Augustine Jibrin, suspendido por acumulación de tarjetas ayer, sobre todo en el juego aéreo que FAS se cansó de practicar para que Viveros les ganara casi todas a los zagueros arqueológicos.
Su reemplazo, Adán Reyes, no lo hizo ni bien ni mal, pero se notó la falta de continuidad y que aún resiente, un poco, la lesión que acarrea. De hecho en el tramo final del partido jugó casi en un pie.
Pese a todo, fue un partido entretenido, de llegada, de respuesta, sin esconder nada por parte de ambos.
Por eso en cinco minutos del partido ya se contaban dos llegadas que bien pudieron terminar en gol, una para ambos.
La primera fue de Juventud, al 4?, cuando un tiro directo se desvió en un zaguero tigrillo y Luis Contreras, el portero fasista, controló a doble tiempo. De su despeje llegó el directo que cobró, al otro lado, Larín, que no encontró la cabeza de ninguno de sus compañeros para que la hundiera, cuando Martínez estaba casi vencido.
Dos minutos después, al 7?, Adán Reyes quiso pasar la pelota al arquero Martínez, pero su cabezazo, suave, le quedó en los pies a Williams Reyes, centró y Viveros estuvo a punto de gritar su primer gol de la tarde.
Siguió el partido siendo controlado por Juventud, pero sin contundencia, con llegadas esporádicas, cuando se lograban deshacer de las dobles marcas tigrillas.
En una de esas, al 23?, Juan Carlos Portillo logró irse por derecha y sacó un trallazo pegado al poste y a ras de piso que Contreras sacó de puños a tiro de esquina.
No tardó FAS en responder, como en todo el partido, y dos minutos después, al 25?, Viveros sí estuvo en la cita y pescó un cabezazo de Raúl Renderos para sólo hundir la pelota en la portería opicana. 1-0 y locura en el Cuscatlán.
El último tramo del primer del primer tiempo fue para FAS, que aprovechó el desconcierto del rival, aunque este a punto estuvo de irse al descanso con un golazo de Jesús Toscanini, pero su chilena no pudo sorprender a “Motor” Contreras, que sacó espectacularmente el tiro del uruguayo.
Volver a empezar
Juventud salió al complemento todavía acusando el golpe de ir en desventaja. Lo aprovechó FAS para presionarlo y tratar de sorprenderlo. Estuvo a punto, pero primero Reyes y luego Bentos mandaron a las nubes dos centros a las espaldas de los zagueros opicanos.
Ramón Sánchez quiso recomponer al equipo, sobre todo en delantera, y mandó a Irving Valdez por Eder Polanco y ganó fuerza. Comenzó a ganar balones y acompañó mejor a Toscanini, que hasta ese momento había luchado solo en ataque.
Mejoró también la media opicana. Llegaron los toques cortos entre los Cerén, Carlos Menjívar, Juan Carlos Portillo abriendo la cancha y Salamanca un poco más concentrado en la creación y contención. Juventud comprendió que los carriles le eran positivos y empezó a utilizarlos. Portillo, castigado en demasía por Tamacas, desbordaba bien por derecha. Óscar Cerén se sacudió su labor más defensiva que ofensiva y lo hizo por izquierda.
Así llegó el empate opicano. Centro por izquierda, Portillo no pudo conectar bien la pelota, rechazo al centro de FAS, pelota a Darwin Cerén que filtra a Toscanini y el goleador charrúa ingresa a área y vence a Contreras. Justo por lo hecho por Juventud, que ya volvía a ser mejor que los santanecos.
Pero con FAS no hay que atenerse, y más con su experiencia. Volvió a recular y a esperar al rival para salir con el trazo largo, en busca de Viveros para que ganara los balones aéreos, el talón de Aquiles en todo el partido para los dirigidos por Sánchez.
Y no podía ser de otra que por alto que FAS llegaría a ponerse en ventaja, nuevamente, al 74?, tras un cabezazo de Viveros que se encontró solo en el centro del área para poner el balón en el ángulo inferior izquierdo de la portería de Martínez. FAS volvió a ponerse arriba en el marcador en los momentos que si rival era mejor.
Juventud se fue en tromba hacia adelante, se adelantó Darwin Cerén, Menjívar, pero siguió sufriendo atrás por la presencia de Viveros.
Cuando Jaime de la Pava, técnico fasista, decide mandar a Julio Castro para cerrarse y cuidar la ventaja, Juventud Independiente encontró el empate en una gran jugada de Darwin Cerén.
Al 79?, el capitán opicano dejó tirado a medio FAS, habilitó a su hermano y el centro del este encontró en medio de los zagueros tigrillos a Irving Valdez para darle justicia al marcador.
Curiosamente, a FAS lo golearon cuando hizo los cambios. Primero sacó a Bentos por Aparicio y le cayó el 1-1, luego hizo lo mismo con Castro por Donni Valle, y le remontó Juve.
No fue fácil para Juventud Independiente el partido de ayer, sobre todo porque FAS colaboró para complicarlo con lo poco que mostró; ahora espera vencer el miedo que le provoca el Quiteño y hacer historia, llegar a su primera final, Eso, si FAS se lo permite.
Brilló el azulgrana
Tal y como lo esperaban y cumpliendo la expectativa del por qué trasladaron el partido al Cuscatlán, la afición de FASfue mayoría ayer en el estadio. El sector popular, el cual no quedó completamente lleno, tuvo buena presencia de seguidores tigrillos, que apoyaron al equipo sin parar.
No se quedaron atrás los opicanos, que ubicados en el sector de tribuna pusieron la música al ritmo de sus bombos, y metieron presión en los momentos en que Juventud estuvo abajo en el marcador.
El grito de “Juve, Juve, Juve” salió a relucir cuando Jefferson Viveros anotó sus dos goles, y los puso cuesta arriba. Pero igual reacción tuvo la “Turba Roja” con los tantos del colombiano.
Las banderas típicas de la barra occidental estuvieron en todo momento ahí en el Cusca, pegadas a los cantos de aliento y a los saltos que no cesaron cuando aparecieron los tantos de la paridad.
Los occidentales llenaron un sesenta por ciento el estadio y demostraron -al igual que lo ha hecho a lo largo del torneo- lo incondicionales que se convierten en la grada. Además, apoyados por el resto de seguidores que se ubicaron en otros sectores.
Si bien se siguieron las medidas de abandono del estadio con los tiempos establecidos, en las afueras se registraron un par de pequeños enfrentamientos entre seguidores de FAS y agentes policiales. Sin embargo, no pasaron a más.