¿Qué hizo?
Toda una vida lleva Rogelio Recinos en el squash. Inició con 19 años, y 36 después, sigue ligado al deporte de sus amores.
Rogelio Recinos explica que todo lo logrado en el deporte se lo debe a Dios. “Fui bolero, jugué tenis, comencé con fútbol, pero a mi papá le daba miedo que me quebraran. También jugaba baloncesto y un día me dieron la oportunidad de ser entrenador en el Círculo Deportivo. Era 1977 y, para aprender más, iba a ver jugar a Federico Vilanova, Suster y otros. Al día siguiente me ponía a practicar lo que observaba”.
Tres meses después, jugó su primer torneo Nacional. “Yo me dediqué primero a enseñar y, paralelamente, jugaba tenis. Después de un año, quedé como segundo lugar nacional, por detrás de Vilanova”.
Ahí lo vieron y lo comenzaron a apoyar para jugar squash fuera del país.
“Por ese tiempo, la Asociación (aún no era Federación) trajo a un maestro inglés, Anthony Holland, quien se quedó en CEPA. Jugaba con él todos los días, y fui campeón nacional desde 1980 hasta 1993. Cumplida mi primera meta, la segunda era ganar los Centroamericanos”, recuerda Recinos, quien agrega que “no eran como los de ahora, no había federaciones, era por invitación. En 1982 fui a Costa Rica y lo gané, después gané los dos siguientes.
Además, gané un torneo Latinoamericano por equipos en Boca de Ratón, en Miami, en 1988, junto con Tomás Pineda (senior), Tomás Pineda hijo (júnior) y Juan Carlos Angulo”, explica.
Anécdotas
Hay dos juegos que recuerda con mucho cariño. Uno ocurrió en el segundo Centroamericano y México que ganó, en 1983. “Iba ganando 2-1 y tuve un percance. Me dieron un raquetazo contra uno de apellido Mérida, que pasaba jugando en Canadá. Me reventó la nariz, pero después de cinco minutos con hielo, le dije ‘démole’. Logré seguir jugando y ganar el partido. Iba 8-6 en el cuarto set y sentí que si me salía mucho tiempo iba a ceder. El juego estaba caliente y mi juego estaba bien. Y él, si pasaba más tiempo, se iba a quitar lo nervioso. Me metí a jugar y gané. Es la cicatriz que tengo todavía”, dice mientras señala su nariz.
El otro partido fue contra Pablo Sánchez, un mexicano que “corría como no se imagina. Fue la final en Primera Raqueta. Comenzamos a las 2 y a las 5:30 seguíamos jugando. Pero el apoyo de la gente que conocía, mis alumnos y los que estaban ahí, fue importante. Es más difícil jugar de local por la presión. Pero poco a poco lograba levantar mis niveles de juego”.
Recinos, allá por 1990, comenzó a tener problemas en las rodillas. “Tuve una lesión, un desgaste en los meniscos. Se me quedaba trabada la rodilla después. Se me inflamaba por dentro. Podían operarme, pero ya pensaba en el retiro. Podía seguir si me operaba, pero ya tenía 38 años y me retiré en 1994, después de ir al Panamericano de Colombia, a donde logramos el boleto para los Juegos Panamericanos. Ahí ya fui como entrenador nomás”.
¿Qué hace?
Pese a los grandes resultados que tuvo como squashista, hay algo que a Rogelio siempre le gustó más que jugar: “Que mis alumnos me lograran ganar, siempre me gustó más enseñar. Mi deseo siempre ha sido transmitir lo que aprendí, y sigo aprendiendo, y aún lo vivo como si tuviera 20 años”, afirma.
Recinos siempre fue entrenador. “Daba clases en el Círculo y con la federación, he trabajado desde que era Asociación. Ahora sigo acá (inició en 1993, por horas), y agradezco la oportunidad, que siguen creyendo en mí. Estoy de auxiliar técnico en la selección mayor, júnior, en búsqueda de talentos y escuelas”, dice.
Su primera gran prueba fue en los Panamericanos de 1994. Lograron un séptimo lugar. En2001, ganó el oro por equipos como DT en la rama femenina, y una plata júnior en 2005. “Ese oro fue tras siete años de trabajo con el mismo equipo, nunca se logra antes”, explica.
Al definirse, explica que “yo insisto en la disciplina. Ser jugador no es fácil. Me casé bien joven. Con 20 años, tenía a cargo a mis hijos, pero eso me ayudaba a querer ganar más por estar más arriba. Sacrifiqué a mi familia, a mí, no había parranda ni nada. Mi esposa luchó a la par mía, nunca me dijo no cuando iba a un torneo. Para un C.A. y México, yo lo organizaba también. Mi hijo nació un domingo y el torneo iniciaba el miércoles. Llegaba a la casa a las 11 y mi esposa no dejaba dormir al niño en la tarde para que no me desvelara y pudiera jugar bien”, recuerda.
Al explicar la rutina que lo llevó a grandes logros, recuerda que “me levantaba a las 5:30, daba clases y en la noche me quedaba entrenando. Ahora le digo a los jóvenes que si vienen a entrenar, tienen que ser ordenados en su vida, porque sino es muy difícil lograr las metas. Y que cuando tengan la oportunidad de entrenar en la Federación, que lo hagan con pasión y amor. El deporte abre puertas a los que no tenemos recursos. Muchos no tienen la oportunidad. El que la tiene, con eso puede hacer una vida, pero tiene que ser dedicado, y no esperar nada a cambio al principio. Muchos queremos recibir antes de dar. No es así. Primero hay que dar y demostrar”, afirma.
Además, formó a jugadores como Alex Cristiani, Santiago Imberton, Carlos Schonemberg, que lograron becas universitarias en EE. UU. por jugar. Y otros como Nelson Coronado y Byron García, referentes del deporte en el país.
Perfil y triunfos
Nombre Rogelio Antonio Recinos Orellana
Data San Salvador, 3 de febrero de 1958
Edad 55 años
Estado civil: casado con Marta Fuentes de Recinos
Hijos Jessica, Rodrigo y Andrea
Deporte Squash
Palmarés Campeón C.A. y México tres veces, de 1982 a 1984. Campeón nacional desde 1980 a 1993. Ganó el torneo Latinoamericano por equipos en 1988. Fue reconocido cinco veces con la Espiga Dorada.
Como entrenador, ganó el oro por equipos en el Panamericano de 2001 en la rama femenina, y plata panamericana júnior, en 2005.