La Fesfut anunció que más allá de que haya o no partido amistoso el 15 de octubre ?todo hace indicar que no-, la Selección Nacional se concentrará el 13 para iniciar un microciclo. De no haber juego, eso servirá para las fechas FIFA de noviembre, donde se supone que al menos lograrán un amistoso. Por lo tanto, en los próximos días habrá una nueva lista de convocados, se reabrirá el debate sobre quién tiene que estar y quién no, y seguirá el otro sobre si está bien o no reactivar la Selecta cuando la herida de los amaños está lejos de cerrarse.
Desde mi punto de vista, la Selección Nacional debe continuar. Está por encima de aquellos jugadores que la mancharon o intentaron mancharla. Además, después de la sanción de 14 jugadores suspendidos de por vida ?actualmente en proceso de apelación-, si hay un equipo al que no le van a acercar a ofrecerle vender un partido es esta Selecta. Es cierto que el negocio de los que amañan debe seguir, pero en estos momentos saben que aquí los están mirando con lupa. Es mejor negocio “operar” en otros territorios vírgenes, sobre todo en materia de castigo.
La Selección necesita jugar. No solo por el Ranking FIFA. De hecho, jugar y perder es igual o peor que no jugar. Pero hay que jugar porque una selección no puede pasar demasiado tiempo inactiva: se oxida. Empezará una nueva selección, con nombres nuevos y otros que están inmaculados, como Darwin Cerén, que podría ser el abanderado de esta nueva generación. Claro, esto no quiere decir que no continúen las investigaciones. Al contrario, hay que seguir indagando y estar más alertas que nunca.
La Selecta no juega desde el lapidario 5-1 de Estados Unidos en la Copa de Oro, el 21 de julio, que desencadenó en las palabras de Víctor Turcios a ESPN admitiendo que algo sucio había dentro del equipo nacional. Lo que siguió fueron más testimonios, inhabilitaciones, sanciones, apelaciones…
Otro debate que debería darse es si Alberto Castillo debe continuar como director técnico de la Selecta, ya que su contrato vence en diciembre. Faltan menos de tres meses y hay mucha incertidumbre. Teniendo en cuenta el tiempo que queda y que en el horizonte no hay demasiados partidos, sería lógico pensar que la Fesfut ya tomó la decisión. Los elementos para evaluar su gestión ya los tienen… Normalmente, el hecho de renovarle a un entrenador o a un jugador no es algo que demore hasta los últimos días: se le informa de su intención de renovar o se le anuncia la decisión de no hacerlo con suficiente antelación. Aquí no ha pasado. Chochera está empezando a buscar trabajo en Perú, por las dudas…
En fin, la Selecta volverá. Eso es un hecho. Aunque la mayoría de los convocados estén limpios, es inevitable pensar que la gran masa de público seguirá enojada, incrédula, resentida y desconfiada. Para sanar eso se necesitará mucho tiempo, un lujo que el fútbol de El Salvador no puede darse.