La negociación con el hoy expresidente de C.D. Águila, Julio Sosa, fue una odisea. A su criterio Águila nunca estuvo a la venta, pero finalmente escuchó dos ofrecimientos de compraventa por los derechos de administración, una de la familia Arieta (que es la que aceptó en horas de la noche) y una de empresarios salvadoreños residentes en Nueva York.
Desde junio existió ese primer acercamiento con el abogado Pedro Fausto Arieta, quien en el período de Lisandro Pohl en Águila fungió como vicepresidente, y con quien no firmó en esa oportunidad. Pero sí hablaron que en diciembre retomarían una negociación.
Hace unas semanas volvió a retomarse el tema, pero fue hasta el lunes que, en el despacho Abogados Corp en San Salvador, estaba todo preparado con el documento con respaldo de un notario. Aunque Pedro Arieta llegó al lugar, Sosa no estuvo y la reunión se suspendió.
Julio fue contactado por Pedro Arieta hijo, también abogado del mismo despacho, para que este martes en la mañana se sentaran por última vez, en espera de cerrar el acuerdo definitivo.
Sosa llegó al mediodía, acompañado de un abogado. Su estancia fue de una hora y media aproximadamente. El contrato sufrió algunos cambios a lo que originalmente se habría firmado, sin embargo no se especificó qué compromisos adicionales aceptarían los nuevos propietarios.
A las 4:30 de la tarde, Sosa mantenía en pie su palabra, que dudaba mucho que se concretaría la negociación. Pero fue hasta las 6:00 de la noche que en Radio Monumental se anunció que Sosa había firmado el contrato.
El expresidente de Águila no atendió las llamadas para confirmar la noticia, pero quien sí lo hizo fue Pedro Arieta desde San Miguel. Águila tiene nuevo mando.