El hotel Meridien, fastuoso por donde se lo mire, es el lugar para los planteles del grupo A y B, entre ellos, la Selecta Playera.
Los jugadores desayunan, almuerzan y cenan, a la par de sus rivales de ayer o de mañana. No hay reproches, sólo algunas miradas incómodas, quizás producto de algún roce en la arena. Pero antes que todo se impone el respeto y se busca la buena armonía entre todos los protagonistas.
La televisión en el lobby es un punto fuerte. Allí, el canal local repite los partidos y de acuerdo al resultado, se verá quienes se sientan a ver parte de los juegos en los amplios sofás que invitan a la comodidad. Por ejemplo, el triunfo local ante Emiratos fue observado detenidamente por los “Tiki Toa”, el seleccionado tahitaino, mientras los árabes seguían de largo observando de reojo…
Alegrías, tristezas, decepciones, felicidad. Como si fuera una continuidad de la cancha, todo convive en este hotel. Y son las mismas sensaciones que deja el fútbol dentro del escenario de juego.