En cierta ocasión, el presidente del Comité Olímpico de El Salvador, Eduardo Palomo, me reclamó que al periodismo salvadoreño le “gustaba más sacar lo malo del deporte, que las buenas noticias”, quizás tenga razón, aunque también, en nuestra defensa, muchas veces esas “buenas noticias” son a lo que están obligados a hacer los protagonistas, sin esperar premios, mucho menos palmadas que podrían perder la perspectiva. Aunque, también, sea cuestión de criterios.
La buena noticia de esta semana recién pasada fue la investidura de Jorge “Mágico” González al Salón de la Fama, a pesar de que no gustó a todos, hubo quienes la criticaron, en privado y en las redes sociales. Pocos, pero los hubo.
Pero aparte de esa excelente noticia hay otras que se quedaron en el tintero en detrimento del tristemente famoso tema de los amaños. Personalmente pienso que la buena noticia de ese oscuro episodio de nuestro fútbol fue la comprobación de que quedan muchos jugadores que fueron tocados y supieron decir “no” a la proposición cobarde de vender partidos de la Selecta.
Son esos jóvenes que siguen, aún hoy, cargando la culpa de unos pocos. Que son señalados injustamente por aquellos que buscan culpables adonde no los hay.
Son esos mismos que cargan con la sospecha en cada partido, en cada error. Pueda que haya muchos que no estén de acuerdo, pero es mi criterio.