En estos tiempos en que El Salvador tiene una selección mayor totalmente desacreditada por los rumores de amaños, la indisciplina o el interés de jugadores por premios en efectivo más allá de la representación deportiva, la Selecta Sub 20, como ya hizo la Azul playera, da un poco de autoestima, fe y confianza al fútbol salvadoreño.
Rolo “Súper” Morales, deja atrás las sospechosas actuaciones de Miguel Montes en el arco nacional.
Marvin Baumgartner y Olivier Ayala, nos gritan que hay futuro y orgullo más allá de Marvin González, Mardoqueo Henríquez, Luis Anaya y Rudys Valencia.
José Ángel Peña y Jairo Henríquez nos señalan con el índice al pecho, al corazón, el escudo de El Salvador, esas dos letras, ES, que defendieron “Mágico” González, “Araña” Magaña, Juan Francisco Barraza, José Luis Munguía, y que tan bien lo han hecho Frank Valásquez, Tin Ruiz y nuestros héroes de Rávena.
Con el dedo apretando el escudo nos dicen, por fin, yo doy mi corazón por esta casaca azul y blanca.
Difícil tarea se han tomado estos jóvenes, la de borrar muchos nombres de jugadores que intentaron hacer bien las cosas pero naufragaron en el desorden histórico del fútbol salvadoreño.
Pero esa es su tarea ahora, crear un cambio generacional que libere a los niños de la obsesión por el fútbol español, que los haga soñar con el “Súper” Morales, con Jairo Henríquez, que borre las camisas del Barça y el Real Madrid con los nombres de Messi y CR7, que nos bañe de orgullo propio.
Yo me apunto a ese sueño, ¿y usted?