El conjunto salvadoreño fue el amo y señor en la cancha durante los 90 minutos, se posesionó del balón y lo hizo rodar tal cual los jugadores lo decidieron, sin que los nicaragüenses pudiesen en algún momento sacudirse el dominio al que eran sometidos, para terminar ganando 5-0.
José Peña, Miguel Lemus e Iván Castro movieron los hilos del equipo nacional a su antojo sin que la zona media rival pudiese ser un obstáculo; en esto, los cuscatlecos fundamentaron su poder ofensivo, no obstante en la parte inicial las cosas no fueron tan fáciles porque el gol tardó un poco en llegar.
El dominio cuscatleco era abrumador en todos los sectores del campo, pero el 0-0 no se lograba romper, fue hasta el minuto 23, cuando de tanto llegar al área rival, Iván Castro abrió el marcador tras ejecutar un disparo de pierna derecha.
Este tanto les dio mayor empuje, pues el dominio continuó de forma abrumadora, tanto así que el guardameta Wílbert Hernández era prácticamente un espectador más y cuando algún peligro llevaron los nicaragüenses, siempre estuvo presto a resolver sin mayores sobresaltos.
El segundo gol para los cuscatlecos llegó al minuto 42, cuando el tiempo inicial estaba por finalizar, el gol se concretó cuando Kevin Ayala conectó de pierna derecha un centro al área enviado por Miguel Lemus.
Tras este gol llegó el final de los primeros 45 minutos con una clara ventaja en el marcador para los salvadoreños que estaban para más, pese a que resentían el cansancio de la noche anterior, tras llegar a San José casi a las 11:00 p.m.
Cuestión de tiempo
Los otros tres goles cayeron en el segundo tiempo por medio de los jugadores José Peña y Diego Coca, el primero anotó dos y con ello sellaron el triunfo salvadoreño, demostrando un ritmo arrollador ante un ingenuo equipo pinolero que intentó de alguna manera descontar en el marcador, pero no lo logró.
Los de Nicaragua dieron muchas ventajas en todos los sectores del campo, desde su zona baja, pasando por el medio campo, donde sus jugadores Nahúm Peralta, Eulises Pavón y Alexis Somarriba nunca encontraron la manera de conjuntarse de mejor manera y robar el balón.
Si no lograban esto, difícilmente podrían poner en aprietos al once nacional, cuyo entrenador, Mauricio ?Tuco? Alfaro, envió de refresco a los jugadores Jairo Henríquez, René Gómez y Diego Coca, en sustitución de Iván Castro, Miguel Lemus y Barahona, respectivamente.
Con su ingreso, el representativo nacional tomó aún más aire y fuerza para seguir presionando al rival, hasta replegarlo en su propio campo, forzándolos a realizar una labor eminentemente defensiva, con lo cual evitó que su área y portería se viese en aprietos.
Al final llegó el silbatazo del central, el panameño Luis Rodríguez, quien sacó el partido sin mayores complicaciones, pues fueron pocas las jugadas polémicas que se dieron y que no tuvieron incidencia alguna en el resultado.