Pese a los problemas suscitados en los últimos días en relación a la violencia, intolerancia e irrespeto a las leyes por parte de algunos seudoaficionados de Alianza, y al dispositivo de seguridad montado ayer en Ahuachapán, de nuevo se dieron hechos lamentables.
Tras las respectivas revisiones, ingresaron los seguidores, los de la Ultra Blanca y los de la Barra Brava. Alojados en un costado del estadio, todos juntos, todos por un mismo amor.
Sin embargo, a dos minutos del final del primer tiempo, el réferi tuvo que parar el partido por precaución, luego de que algunos seguidores paquidermos se comenzaron a agredir entre sí.
Aunque había policías al rededor, no les importó y comenzaron a darse golpes hasta que la policía tuvo que intervenir. Todo terminó con un par de detenidos?
Al minuto y medio, el réferi reanudó las acciones. El descanso del medio tiempo llegó a los segundos, y sirvió para calmar las aguas.
Una llamada de Lisandro Pohl (en el otro lado del estadio), aparentemente a algún dirigente de alguna de las barras, también se dio durante este lapso. Se reunieron algunos del otro extremo, se oyeron aplausos, y volvieron a sonar los instrumentos y a saltar los aficionados, ahora menos, tras los detenidos y algunos que se apartaron por su propia seguridad.