Todo parece indicar que el tema de los amaños pronto verá la luz. Al menos algo de luz. Así lo ha prometido la Fesfut en la última conferencia y así lo ha dado a entender el técnico Alberto Castillo en sus declaraciones en Radio Cuscatlán, admitiendo que ya está preparado para eso: “Lo de los castigos es inminente. Tocará trabajar con jóvenes”.
A la confesión de dos jugadores ?aún con identidad protegida- sobre el amaño en Tampa, se le agregó el testimonio de otro en el amistoso con el DC United, donde hubo un intento fallido de amaño que incluyó una reunión con mafiosos y siete futbolistas. El jugador encubierto ?al que Dagoberto Portillo identifica como Víctor Turcios: “No digan jugador anónimo, sabemos que fue Turcios el que habló”- admitió que primero dieron el sí al amaño y luego no se llevó a cabo porque se arrepintieron. Y lo callaron por cuestiones de seguridad.
Estas últimas semanas, muy movidas en este tema, dejan algunas conclusiones. La primera es que la actuación de la Fiscalía ha sido clave. Da la sensación de que en un mes han trabajado más que en los últimos tres años, donde los amaños estuvieron en un freezer. Eso se deduce de la actividad, de los careos, de los interrogatorios, de las investigaciones que están haciendo en las últimas semanas. También la Fesfut hace su parte o intenta hacerla, pero allí ?por no tratarse de la Justicia- poco es lo que han dicho los jugadores llamados a declarar. Claro, nadie podrá castigar a un futbolista por mentir u ocultar información a la Fesfut, pero sí a la Justicia.
La otra lectura del caso, especialmente después de que estalló el episodio DC United, es que el grupo de la Selecta está dividido, y probablemente lo haya estado desde hace bastante tiempo. Por un lado está Turcios, que se largó a hablar a pesar de que no descarta sufrir las consecuencias. Por otro está el grupo de los 6 (el resto menos Turcios), encabezado por Dagoberto Portillo. Y seguramente un tercer grupo, el de los no mencionados o de los que saben y no hablan. En fin, pretender que una Selección funcione en armonía bajo esas condiciones es simplemente un exceso de optimismo.
Cada vez empieza a estar más claro que lo de los amaños no es una leyenda urbana, que existen, que existieron y que probablemente seguirán existiendo, porque la maquinaria de las apuestas debe seguir alimentándose. Cada vez son más los testimonios, cada vez más partidos, cada vez más los detalles (llamadas en conferencia por Skype, cajas de seguridad en los hoteles, etc)… Solo queda esperar que se haga Justicia y que empiece la limpieza. El fútbol salvadoreño la necesita. Los jugadores inocentes, también.