Varios juveniles salvadoreños que radican fuera de El Salvador han llegado al país en busca de una oportunidad en la Selección sub 20 para participar en el Mundial de Turquía 2013. Ejemplo de ello es el caso de Sebastián Vallejo Parker, de madre cuscatleca y padre colombiano, nacido en Estados Unidos, pero radicado en Alemania, donde conforma la juvenil del SG Quellen Furth.
Según contó Vallejo, su arribo al país se da gracias a Fesa, quien lo contactó después de tener el aval del cuerpo técnico para integrarse a la visoria.
“La Fundación me habló de la posibilidad de venir a probarme. Mi familia me apoyo para hacer el viaje desde Alemania. Soy un jugador polivalente. En Alemania estudié mucho lo táctico y por eso siento que me desempeño mejor como lateral”, describió el jugador.
El esfuerzo que está haciendo Vallejo es grande, por tratar de convencer al cuerpo técnico. Reconoce que las prácticas a doble turno son agotadoras, pero que por el objetivo de estar entre los convocados al Mundial, el sacrificio tendrá su recompensa.
“Espero ganar un cupo para estar en el Mundial. De mi vengo a entregar todo lo que está en mi para ser tomado en cuenta. La semana ha sido muy dura, me siento cansado, pero no dejo de poner todo lo que está en mi”, mencionó el lateral derecho.
Mundos diferentes
De la vida en Alemania, contó que llegó al SG Quellen Furth, por medio de un agente. Allá está internado, “estudio cuatro horas al día y tengo entreno toda la semana”, mencionó el jugador.
A pesar de venir de un fútbol que para muchos lo consideran muy desarrollado, al estar con la Selección ha sentido algunos cambios, los cuales destaca bastante.
“Acá el fútbol es mucho más rápido, como es en todos los países latinos. En cambio, allá es más lento porque los jugadores son más grandes. Me gusta mucho el fútbol salvadoreño”, mencionó.
De El Salvador, cuenta que de niño lo visitaba una vez al año y por eso siente un gran cariño por el “azul y blanco”: “mi mamá al ser salvadoreña, siente un gran amor por este país y definitivamente me he contagiado por el amor a El Salvador”.
El equipo al que apoya es el Águila, “ya que mi familia proviene de oriente y cuando venía de visita, íbamos con mis primos a ver los partidos”.
Con el grupo de preseleccionados se siente cómodo, a pesar de ser un chico callado y un tanto reservado. Con esperanzas busca alcanzar su sueño de estar en el mundial representando al país, pero sin importar lo que pasa agradece esta oportunidad que el fútbol le está brindado.